El conflicto no tiene amigo a nadie. Eso lo he dicho en esta Conflictos y Mediaciones desde que iniciamos en el 2013 por este medio de comunicación del Grupo Corripio.
Todo conflicto inicia con pequeños acontecimientos, en donde la persona que lo aúpa es quien tiene el compromiso de afrontar, para hacerlo, estos realizan varios ejercicios: Murmurar, criticar, chismear; mientras que otros, lo ven como una vía de oportunidad para consensuar, crecer y fortalecer lazos familiares, vecinales o amistades.
Pero en otros escenarios, el conflicto significa violencia, tragedia, juicio, cárcel, episodios de mal gusto para todas las personas implicadas.
La solución de un conflicto violento tiene sus consecuencias que marcan la vida de las personas, la comunidad, vecindad, familia (hijos, nietos, tíos, sobrinos, padres, madres, abuelos y otras denominaciones familiares). Es complejo el desenlace violento del conflicto.
En días recientes, los medios de comunicación y la comunidad, pasó por graves situaciones, en donde por un mal entendido entre vecinos, ocurrió unos rasguños entre personas en controversias, fue a juicio al tribunal y la persona juez, entendió que lo ocurrido no tenía mayores consecuencias y despachó a las partes al barrio.
El mismo día, el conflicto explotó por expresiones que llegaron al oído de una de las partes involucradas, no así en la audiencia en donde todas las partes estaban presente y el desenlace fue dos personas fallecidas y otra herida de gravedad.
Ahora el autor del hecho, será sometido a la acción de la justicia, en donde la penalidad nunca sería irse a la case, a estar cómodo con su familia y vecinos. No, este va a cumplir por lo menos, ha cumplir una sentencia judicial de por lo menos de 30 años según el Código Penal Dominicano (CPP).
Ese hecho marcó a la comunidad de La Zurza, un lugar en donde las personas fallecidas estaban compartiendo entre vecinos, riéndose de la vida, pero llegó el conflicto violento y transformó lo que era hermoso en tragedia.
Cuentan las crónicas periodísticas, que al regresar del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva del Distrito Nacional, un familiar de una de las partes grabó un audio y se lo hizo llegar a la otra, el cual fue producto de una grabación que realizó un menor de edad. Lo que luego provocó un pleito en el barrio, en donde una de las partes, en la referida riña, resultó con un brazo lesionado. Este fue el origen del conflicto, que terminó en la muerte de dos personas.
Esa situación no debió terminar en tragedia. Si en el tribunal no se vio que la situación era para penalizar a una de las partes, entonces no se creía en las narraciones de los hechos por las partes. O por otra parte, se entendió que lo ocurrido podría buscársele una salida no adversarial.
A nuestro humilde entender, a las partes se le debió instruir el significado de lo que ocurrió en el tribunal, un profesional del derecho, trabajador social, mediador, conciliador u otro con experiencia en casos similares, conversara con las partes sobre lo ocurrido y el desenlace que entendió el tribunal en su decisión.
De esa manera podría evitarse en casos similares, tragedias como la del sector La Zurza. Deberíamos todos hacer un esfuerzo de coordinación y sensibilización sobre los conflictos. Solo hablamos de ellos en los medios de comunicación cuando de manera negativa explota y trasciende tanto, que desaparece el conflicto con la muerte de una persona.