Francisco Rojas
En estos días hemos estado en espera por unos compromisos familiares, pero te confieso que cuando las oraciones no parecen responderse me puedo ver tentado a dejar de confiar en el Señor y comenzar a perseguir a otros ‘dioses’.
Confiar en el Señor puede parecer un poco pasado de moda.
En este tiempo que nos ha tocado vivir, el Internet y sus redes sociales puede ser un medio donde el hombre ponga toda su confianza. Pero el salmista dice: “Dios, tu nombre es eterno, Dios, nunca estarás desactualizado” (v.13, MSG).
La gran verdad bíblica es que te conviertes en aquello en lo que pones tu confianza. Si confías en los “dioses” de plata u oro, entonces serás como ellos: espiritualmente sin vida, ciegos y sordos (vv.16-18). Si confías en Dios, estarás lleno de vida y alegría cuando te vuelvas como él.
Sigue confiando en Dios, ‘porque el Señor vindicará a su pueblo y tendrá compasión de sus siervos’ (v.14). “Dios defiende a su pueblo, Dios tiene las manos de su pueblo” (v.14, MSG). Por lo tanto, estás llamado a alabar y honrar al Señor (vv. 19-21).
Permanezca totalmente dependiente de Dios y busque que él lo defienda. Cuando las cosas no estén funcionando como lo desea, tenga paciencia.
Deja de tratar de moverte delante de Dios. Su tiempo es perfecto. Confía en él. Señor, confío en ti solo.
Ayúdame a ser como tú, lleno de amor, alegría y paz.
Lectura recomendada: Oh Jehová, eterno es tu nombre; Tu memoria, oh Jehová, de generación en generación. Porque Jehová juzgará a su pueblo, y se compadecerá de sus siervos.
Los ídolos de las naciones son plata y oro, obra de manos de hombres.
Tienen boca, y no hablan; tienen ojos, y no ven; tienen orejas, y no oyen; tampoco hay aliento en sus bocas. Semejantes a ellos son los que los hacen, Y todos los que en ellos confían. Salmo 135: 13-21
