La conciencia adquirida sobre de algo, resume la significación o contenido de este; contiene su pasada evolución, su actualidad y la proyección lógica de una situación, fenómeno o hecho; sirviéndonos para conducirnos en medio de ellas, con nuestras mejores respuestas ordinarias diarias, porque podemos evaluarlas, lo que los inconscientes no pueden hacer, por no conocerlas.
Unos somos sabios en algunas cosas e inconsciente de otras, lo que no siempre es sinónimo de ignorancia; pero socialmente así nos compensamos, dándole unidad a la diversidad de un tiempo.
Para advertir sobre la presencia del pasado en el presente, con sus distintas peculiaridades, debo remitirmea precedentes comúnmente conocidos y que por inconciencia no asociamos.
La Italia del Renacimiento, con su territorio actual entonces dividido en reinos, ducados, principados, más la legendaria iglesia romana, compitiendo entre ellos, fue el precedente más notorio del mercenarismo igual que del mecenarismo, con los que entre sí y ante terceros se daban a conocer y a respetar aquellos, teniendo cada parte a su servicio lo mejor que pudieran pagar, tropas o sicarios, artistas, hombres de talento, de cienciao cocineros, etc.
Nadie entonces tenía porque sentirse mal por su transfuguismo.
La lealtad o la fidelidad a una causa no existían; son un rito y un sentimiento que nace ligado a la propiedad, un sentimiento romántico y burgués que desaparece.
Ellas fueron fundamentos de relaciones ligadas a la propiedad, vinculo de personas y cosas; sustituidas por la transitoriedad, la obligatoriedad, el interés o el gusto por la cosa o la persona, según la disponibilidad económica de quien las quiera.
La psicología social, la sociología, la antropología y la economía, son ciencias que incrementan su importancia con el desarrollo y los cambios sociales, no siempre homogéneamente progresistas, pues en sus procesos suelen producirse fuertes réplicas del pasado, como las de los terremotos.
Ese pasado se presenta en nuestra memoria social igual que están presentes en el mestizaje, testimonio de la pasada esclavitud de los aborígenes y africanos junto a blancos pobres, iguales supervivientes en nosotros del exterminio producido por la más inhumana historia hecha por el desarrollo económico, crimen sin mengua ni pausas, juzgado por la ética actual, a pesar de las excepciones de las tardías intervenciones de Las Casas y Montesinos, que no cubrían a los “negros” africanos, quienes no fueron sujetos de derechos, porque económicamente no convenía considerarlos como tampoco más al norte les defendió nadie más que ellos mismos (a los afro-norteamericanos).
Son evidencias que ignoramos, donde las similitudes entre el pensar y el actuar se reencarnan para los mismos fines con invasiones continentales de miles y miles de ONG, que contratan legiones de desempleados, por lo general de naciones blancas, mezclándolos con negros y mulatos, disfrazados con indumentarias de blancos como identidad y reconocimiento de la superioridad racial, convencidos de nuestra inferioridad, reforzando sus instintos ancestrales, poseyendo indudable capacidad y calidad laboral y dirigente antes desocupada; ahora contratados igual que los contratados para hacer la guerra en Centroamérica, el Cono-Sur,en Irak o Siria, como mercenarios, o para dirigirnos socialmente fraccionándonos, condenándonos desde su ayuda y donaciones, con las que una y otra vez entregamos el oro (el futuro) por espejitos y halagos.
Convivo dentro de un nicho sociocultural, político y económico muy activo.
Mis paisanos, todos políglotas, viven en el futuro, accidentalmente en el país, aunque dominicanos mayoritariamente, ligándose a nuestra historia puntualmente, atentos a sus necesidades más personales, al bienestar, seguridad y educación de sus pequeños. Excepto Carlos, e Inés A., amantes del medioambiente, los demás nada hacen que los ligue al suelo.