Con Santo Domingo Este

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Con Santo Domingo Este

A los munícipes de Santo Domingo Este se les está haciendo pasar por un calvario, imponiéndoles la construcción de una terminal de autobuses que no quieren.

El plan es construirla frente a un lugar que debiera ser un santuario, el Parque Nacional Los Tres Ojos.

La tozudez de los proponentes hace pensar en fuertes intereses económicos, y una mirada que no va más allá de lo inmediato se quiere anteponer al cuidado del ecosistema. Hasta ahora no se ha puesto caso a la objeción de la Academia de Ciencias de la República Dominicana (ACRD), no han valido trámites judiciales ni declaraciones de diputados, no han valido las observaciones individuales de expertos, y no ha significado nada que los vecinos del parque a través de varias acciones planteen su oposición elevando el grito al cielo.

El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturalesm a través de su titular señor Angel Estévez, ha planteado una “no objeción” al proyecto, pero Luis Carvajal, ambientalista de la UASD y la Academia de Ciencias, ha señalado que la figura de “no objeción” no existe en el sistema de permisos y autorizaciones ambientales, señalando, además, que por ley los proyectos de terminales de autobuses se encuentran dentro de las construcciones que requieren la presentación de una evaluación de impacto ambiental.

Para el proyecto en cuestión es claro que no se ha hecho el debido estudio de impacto, y que se ha actuado poniendo “la carreta delante de los bueyes”. Sobre esta materia el papa Francisco, en la ya conocida carta encíclica “Laudato Sí”, señala: “Un estudio del impacto ambiental no debería ser posterior a la elaboración de un proyecto productivo o de cualquier política, plan o programa a desarrollarse”, agregando también que “la previsión del impacto ambiental de los emprendimientos y proyectos requiere procesos políticos transparentes y sujetos al diálogo” (pág. 140).

Inclusión de diálogo y respeto a la transparencia es lo que reclama este país. Eso es lo que en el fondo se ha estado exigiendo a través de las grandes marchas verdes que se han escenificado en el último año y medio.

Así, entendemos que merecen inmediata atención los reclamos de los pobladores de Santo Domingo Este y de la Academia de Ciencias en torno a la no donación de las Cuevas de las Maravillas, de los vecinos de El Triángulo de Alma Rosa II contra una envasadora de gas, de los campesinos encadenados de Cotuí y de los pobladores desalojados de El Seibo.

Del Ministerio de Medio Ambiente y su titular demandamos atención justa para estos casos, así como la adopción de una postura que en correspondencia con sus altas funciones anteponga el interés público a cualquier otro interés.



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