Con represión no Abel Martínez

Con represión no Abel Martínez

Con represión no Abel Martínez

Jesús Díaz

Fue por el año 2012 cuando en la ‘’honorable’’ Cámara de Diputados, presidida por el entonces diputado, y hoy actual alcalde de Santiago, Abel Martínez, se conocía en la cámara baja el presupuesto de la nación para dicho año. El mismo fue aprobado sin modificación alguna y nuevamente se condenaba a la educación del país con no otorgársele el 4%del Producto Interno Bruto (PIB) para ese sector.

Como si se tratara de un mercado persa, y a gritos de ‘’voten, voten, voten”, fue aprobado el presupuesto en tiempo récord de tres minutos. En una pieza aprobada “al vapor», y que una vez obtenido su propósito, el legislador se le vio la cara de satisfacción por la “hazaña” antidemocrática, quien cerró la sesión convocando para la siguiente, llenando de vergüenza e indignación a toda la nación dominicana y al Estado con una pieza contraria a la Constitución, las leyes y los objetivos más elementales para la superación de la situación calamitosa.

Hoy quien irrespetó la Constitución y el clamor de todo un pueblo que pedía mayor presupuesto para el sector educación, salió listo con un camión de bomberos en la ciudad corazón para mojar a los ciudadanos que no ‘’respeten’’ la distancia física y social, recorriendo diversos lugares con el mensaje de que si no cumplen con el distanciamiento de dos metros serían mojados.

Lo correcto es marcar distancia mediantes cintas adhesivas, pintura y otras tantas ideas que se pueden generar cuando un ayuntamiento funciona mediante el consejo Económico y Social, el consejo consultivo o mediante resolución de la Sala Capitular.

Pero el alcalde Martínez prefiere el accionar que tuvo antes en la cámara de diputados: la prepotencia, arrogancia, autoritarismo, la represión y el troglodismo. El que le faltó el respeto a la población pide el que nuca tuvo.

Ninguna disposición municipal, ni decreto, ni la propia constitución da derecho alguno de mojar un ciudadano, eso no es una función de ningún alcalde ni ayuntamiento. Debemos calificar esa acción como falta de respeto al ciudadano que vive los embates del covi-19.