Porque:… El encerramiento que produce
El poder, enmudece la lengua.
Cada vez que me ataca el
Miedo, se acrecienta
Mi valor.
No soy, ni pienso o actúo como un ludita pero, si los que se quieren hacer los buenos entendieran que los malos no siguen las reglas, lograrían definirse en lo que en realidad son… ¡hipócritas, farsantes! Y sobre todo… ¡ambivalentes y perversos!, tanto en su accionar como en su oratoria. Y no hay que ser un genio o un connotado perfilista, para analizar el perfil de los enganchados y los dinosaurios de la política, debido a que hasta un bebe conoce lo que van hacer aun expresen lo contrario, porque estos políticos están más desacreditados que muchos organismos dentro del Estado, incluyendo dependencias dentro de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, estas últimas quizás como consecuencia de lo antes expresado.
No los critico, porque viendo como a diario se reparten los bienes, posiciones y cuantos recursos sean del estado entre todos aquellos que cuando no son para ellos, disponen entre quienes se hará lo restante, entonces, todo el mundo tiene derecho a reclamar su parte del botín. Como los pobres padres de familia que se dedican al negocio del transporte público, por igual los “solidarios”, reitero que todos tenemos el derecho a las funditas y chequecitos. Por tal razón, hay que conseguir sin ir a votar ni elección alguna, incluir a los miembros del Comité Central que tanto se fajaron para subir a sus compañeritos, y que hoy, hasta el saludo les niegan. Reparto de bienes pa´to el mundo.
Todo esto sin dejar nunca de valorar el “sacrificio” de nuestros “honorables”, que a diario ven menguadas sus fortunas en aras de ayudar a los más necesitados sin importar bandería política y sin la más mínima intención de comprar conciencias, valorando también, el ver como regalan hasta vehículos cual si fueran salami. Ahora nuestros “honorables” solicitan una cuota del 25% para la juventud, a fin de que los partidos los incluyan tanto en los cargos municipales como congresuales. Eso está bien, porque “ellos” por igual, tienen derecho a una parte del pastel.
Pero, y por igual, hay que sacar una parte para los familiares de militares y policías, a fin de que estos, ya que los políticos los consideran menos que parias, al menos tengan familiares dentro de los “honorables” que defiendan sus derechos. Y no hay que parar ahí precisamente, ya que de así hacerlo se estarían creando privilegios para un sector y me parece, que el “pedazo de papel” que ostentosamente llaman Constitución, tiene objeciones en cuanto a esto, por lo tanto, hay que sacar también un porcentaje para las diferentes asociaciones de campesinos; otra para todos aquellos que no sean políticos partidistas pero, que con su sudor y trabajo intelectual, contribuyen a la creación y desarrollo de los bienes a repartir.
No nos olvidemos jamás del aguerrido y eficiente Colegio médico; de la agrupación nunca bien ponderada de los distinguidos abogados, en fin, conformar un real arcoíris de profesionales que nos representen en la comunidad de los “honorables”. Sufrí un lapsus mental imperdonable, al dejar fuera, por lo menos un 50% para las mujeres, pero que para repartir esto no haya que hacer el menor sacrificio, ya que puede provocar sofocación en algunas.
Quizás con esta repartición aparezcan los mil millones que supuestamente no aparecieron en la caja chica de los “honorables”; o el porqué de los vicios de construcción en hospitales y escuelas por parte de la famosa e intocable Oisoe; o que haya que esperar que el famoso comité se manifieste sobre tal o cual ley; o hasta tener que preguntar si el expediente de los Super “Truhanes” se va a quedar así y hasta tener que preguntar en que quedaron los 60 y tantos millones destinados para construir la Jefatura del Ejército; o los 200 y tantos en la Seguridad Social de las FF.AA; o los millones trasladados de la Junta de Retiro al mismo Instituto. Sí, todo esto sería posible… ¿O no? ¡Sí señor!