Fidel Castro, ese personaje excepcional de la historia de América, fue un practicante de la solidaridad con los pueblos del mundo.
Su respaldo a la guerra nacional de resistencia de Vietnam, el envío de combatientes internacionalistas a luchar junto a los pueblos africanos, el decidido apoyo a los movimientos revolucionarios de América Latina, el envío de misiones humanitarias en favor de pueblos que en algún momento de dificultades las han necesitado, son pruebas rotundas de esa solidaridad.
Cooperó personal y políticamente con el pueblo dominicano en la lucha contra la tiranía trujillista. En sus tiempos de universitario presidió el Comité pro Democracia Dominicana, en 1947 formó parte de la fallida expedición de Cayo Confites; desde la Sierra Maestra, se comprometió con los dominicanos del exilio a contribuir a poner fin al régimen trujillista y lo cumplió; después del triunfo del primero de enero de 1959, su primer viaje fue a Venezuela y en una reunión pública en Caracas, hizo el primer aporte simbólico a la recaudación de fondos para la causa del pueblo dominicano; seis meses después de llegar al poder, ya arribaba a nuestro país la expedición de Constanza, Maimón y Estero Hondo, para la cual la Cuba de Fidel prestó su territorio, su apoyo logístico, soldados regulares del Ejército Rebelde, de forma tal que la causa de la libertad de los dominicanos fue abonada con la sangre conjunta de dominicanos y combatientes de otras naciones, principalmente cubanos.
La voz de Fidel resonó en nuestro apoyo, en los días de la resistencia contra la ocupación yanqui de 1965, en Cuba encontró el coronel Caamaño la acogida y el apoyo necesarios para emprender la acción armada en la que cayó mártir. Todo, en una conducta invariable de la más activa y sincera solidaridad.
Aunque Fidel nunca espero recompensa por ello, no caben dudas de que con él tendremos siempre una impagable deuda de gratitud. Nobleza obliga.
Y ahora, cuando se ha programado conmemorar el centenario del nacimiento del legendario personaje, estamos moralmente llamados a demostrar que los dominicanos no nos olvidamos de esa deuda histórica.
Por Fidel, por la revolución cubana, que fue educada por él en esa actitud solidaria, por razones de histórica hermandad, nos corresponde respaldar las actividades que se han organizado con motivo del aludido centenario hasta agosto de 2026. Vamos con Fidel, gladiador invicto en todas las batallas que libró contra el imperialismo, para que, como el Cid, siga ganando batallas aun después de muerto.