Santo Domingo.-No es fácil. Morirse o quedar discapacitado. Y, además, tener rechazo del entorno. Así de sencillo es para quien sufre un Accidente Cerebrovascular (ACV), evento del cual se conmemora este miércoles su día mundial.
Y lo más difícil, quizás, además del ACV en sí: no hay coberturas suficientes para los que les llega este mortal fatal enemigo silencioso.
Luis Suazo, pasado presidente de la Sociedad Dominicana de Neurología y Neurocirugía, asegura que en el país se maneja la cifra de 188 mil ACV que ocurren cada año, pero aclara que en el país no ha estadísticas confiables.
El ACV es la segunda causa de muerte en el país la primera en discapacidad por enfermedad no transmisible, de acuerdo a la Fundación de Accidente Cerebral (FUNDACE).
El periodista Félix Vinicio Lora, presidente de la entidad y sobreviviente de ACV, informa que el 90 por ciento de sobrevivientes quedan con alguna discapacidad, algunas de las cuales se recuperan con rehabilitación durante el primer año, pero 75 el 75% quedan con secuelas que duran muchos años y no se recupera.
El neurocirujano Suazo explica que los accidentes cerebrovasculares ocurren cuando una arteria se tapa, lo que constituye el accidente cerebrovascular isquémico.
Igualmente, cuando una arteria se rompe y sangra, lo que se llama accidente cerebrovascular de características hemorrágicas.
“Existen factores de riesgos para esta enfermedad, la hipertensión arterial, la diabetes, el aumento del colesterol, los triglicéridos, el hábito de fumar, son factores de riesgos importantes”, expone.
Como médico asegura que es importante el reconocimiento temprano de los signos y síntomas de un accidente cerebrovascular, porque de ello depende el rápido diagnóstico y tratamiento.
“Cada hora se pierden millones de neuronas, cientos de kilómetros de fibras mielinizadas en el cerebro, lo cual constituye la mayor secuela de accidentes cerebrovasculares”, precisa.
Cita entre los síntomas dolores de cabeza bruscos súbitos, sin ningún tipo de causa aparente; dificultad, debilidad o desviación de la cara, debilidad en un brazo o en una pierna, trastornos en el lenguaje y de la visión, y problemas en el equilibrio o balance del cuerpo.
“En esos momentos se debe ir rápidamente al centro más adecuado para el manejo de esta enfermedad, donde se deben hacer los estudios de imágenes correspondientes, principalmente una tomografía computarizada o una resonancia magnética”, apunta.
Puntualiza que es importante la prevención, para lo cual sugiere control de presión arterial, tratar la diabetes, alimentación adecuada, ejercicio diario de 45 minutos, evitar el tabaco y el consumo de alcohol.
En tanto que Lora informa que la seguridad social aprobó que las Aseguradoras de Riesgos de Salud (ARS), mediante resolución 472-01, incluyeran 36 nuevos procedimientos y once nuevos medicamentos para paciente de enfermedad catastrófica, pero se quejó de que no se incluyen los sobrevivientes de ACV.
Lo más grave señala- es que las ARS no cubren el uso ni ha autorizado el uso de rt-PA, que es un tratamiento trombolítico. Tampoco el pago de IRM (imagen por resonancia magnética) en urgencia para pacientes de ACV y algunos medicamentos propios de la condición de ACV.
Asimismo, se queja de que las ARS no cubren muchos dispositivos de apoyo de discapacidad por ACV.
“Existen otros problemas y es que varias ARS no quiere autorizar más de tres sesiones de terapias, obligando, prácticamente el paciente de volver otra vez el fisiatra y neurólogo, y por ende aumenta el costos”, agrega.
Otras problemática, de acuerdo a sus palabras, es que hay ARS con límite de terapias al año y los sobrevivientes, si terminan a la mitad del año, deben de esperar el próximo año, retrasando el proceso de rehabilitación.
Asimismo ocurren con el depósito que hacen las ARS para la compra de medicamentos en farmacia, que la gran mayoría de los medicamentos propio de la condición, no la cubre.
Otras falencias son ausencia de protocolos en las emergencias de hospitales y clínicas, falta de conciencia para tratar los discapacitados de ACV y costo promedio de 1.3 millones de pesos durante los 6 meses de la recuperación.