Con el agua al cuello

Con el agua al cuello

Con el agua al cuello

Roberto Marcallé Abreu

Quizás no deba extrañarnos que febrero sea el mes de los carnavales y, por consiguiente, de los trajes resplandecientes y multicolores, de las máscaras, del ocultamiento y la simulación.

De mis días de periodista recuerdo la avalancha de “resúmenes e informes” de las dependencias del Estado que recibíamos la mañana del 27 de febrero, día del discurso presidencial.

Realizaciones, avances, proyectos millonarios. Repasar esas seiscientas, setecientas páginas, que luego resumía el Ejecutivo en sus “Memorias” ante la Asamblea Nacional era como un retrato de un país de fábula, que solo existía y existe en los sueños de los funcionarios.

En esas exposiciones miles de obras estaban terminadas, en vías de terminación o proyectadas. El presidente Balaguer lo hizo desde el año l966 hasta 1978 (doce años) y en el periodo 1986-1996 (diez años).

Antonio Guzmán y Salvador Jorge Blanco agotaron turnos de 1978 a 1986 y así ha continuado hasta el presente
Más de cincuenta años de incontables “logros y realizaciones”.

La pregunta lógica es: ¿por qué el país sigue lastrado por el subdesarrollo? ¿Adónde se han ido los miles de millones de esta escandalosa deuda externa que alcanza el 53 por ciento del Producto Interno Bruto? ¿Por qué los barrios periféricos, extensos núcleos de poblaciones del interior claman desesperadamente por la construcción de calles y caminos, de acueductos, de algunas horas de energía eléctrica, por la terminación de una escuela que lleva años en estado de abandono?
Tras tantos “logros”, ¿qué ha pasado, entonces? ¿Dónde está la inmensa mayoría de ellos?
El país está desbordado por la anarquía y la inseguridad. El horror nos estremece ante tantos crímenes atroces, ante tantas víctimas.

La gente desespera ante el insoportable costo de la vida, y una existencia cada vez más precaria, amarga, desesperante, complicada y difícil. Vivimos tensos, crispados, desorientados, desbordados por la desesperanza.

Repasemos otros aspectos. Las exportaciones dominicanas “vienen disminuyendo su proporción en el Producto Interno Bruto” (Mayelin Acosta Guzmán). “Déficit comercial con EE. UU. es de US$23,220 millones desde 2010” (Ubaldo Guzmán Molina). “Poder Judicial paga $36 millones por alquiler de locales”. (Loyda Peña). “Todavía hoy existe la práctica de ocupar terrenos dotados de sus títulos de propiedad”. (Eduardo García Michel).

“…cuando vienen los huracanes, los afluentes de los ríos se desbordan y causan terribles riadas que arrastran todo consigo, seres humanos, viviendas, puentes, caminos vecinales…” (Ubi Rivas).

“Enfrentar el contrabando de productos de consumo masivo, el comercio ilícito, la falsificación y alteración de mercancías, son algunas de las prerrogativas de una ley que cursa en el congreso” (Carlos Reyes). “Un 30.3 del gasto público se destina al pago de nómina” (Suhelis Tejero Puntes).

“El gobierno va a tener que hacer mucho más… para restablecer el principio de autoridad en nuestro país” (editorial del Diario Libre). Son pinceladas de la calamitosa situación en la que vivimos.



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