Nadie pone en duda las buenas intenciones del diputado de la provincia Duarte, Franklin Romero de presentar y lograr que se aprobara un proyecto de ley para designar el estadio de La Normal, con el nombre del primer dominicano en llegar a las Grandes Ligas, el inmortal Osvaldo “El Orégano” Virgil.
Esa misma intención debió primar entre todos sus compañeros de la Cámara de Diputados, dado los méritos de este compatriota.
Ahora, hay que decir sin tapujos, que ese estadio es desde hace años un tremendo bochorno y vergüenza para todos los que aman el béisbol.
Los legisladores, con toda la razón del mundo, apoyaron esa designación, pero estoy seguro que la comisión que dio su visto bueno nunca visitó La Normal.
Ese “estadio”, se ha constituido de un tiempo a la fecha en una verdadera “pocilga” por las pésimas condiciones que exhibe desde hace años, está el local de la Federación de Béisbol, entidad que nunca se ha preocupado por adecentar ese espacio histórico.
El inmortal del béisbol Juan “Piñao” Ortiz opina que designar con el nombre de Osvaldo Virgil el estadio de La Normal, es como ponerle el nombre de Juan Pablo Duarte al vertedero de Duquesa.
Y agrega que los diputados, cuya mayoría no han visitado esa instalación, antes de tomar esa decisión, tenían que declararlo en estado de emergencia e iniciar el rescate o demolición.
La realidad es que ya oficializada la designación, ese estadio debe ser reparado de urgencia, antes de que se derrumbe.
Es una forma de mantenerlo en pie y mejorar la infraestructura deportiva de esa zona del Distrito Nacional, huérfana de estadios.
RADARES. El cubano Rafael Palmeiro no está bien de la cabeza al intentar regresar al béisbol de donde salió manchado por los esteroides, a los 53 años de edad.
La final de la NBA tiene un 90% de probabilidades que será entre los Warriors y los Cavaliers.