Santo Domingo.-La crecida del río Ozama producto de las tantas lluvias no impide que Ruddy Camacho Vásquez prosiga con su acostumbrado trabajo, el de transportar en una yola a las personas que quieren acortar la distancia y llegar más rápido a los barrios del municipio de Santo Domingo Este o viceversa.
La Ciénaga, Los Guandules, La Cañitas, Ribera del Ozama y El Dique son algunos de los barrios levantados a la orilla de este afluente y muchos de sus residentes lo utilizan cotidianamente.
Son las diez de la mañana, a la yola de madera de 16 pies de largo, la abordan dos pasajeros desde el área de La Ciénaga, se acomodan y Camacho comienza a remar, ya que la embarcación no cuenta con un motor.
El costo por persona es de 20 pesos.
“Pase gente o no, hay que buscársela como sea”, dice el hombre de 38 años de edad, quien es oriundo del municipio de Villa Rivas, provincia Duarte, quien llegó al Distrito Nacional a la edad de los 6 años.
Hoy día también reside en una casita en la orilla del río, pero del lado de Santo Domingo Este, donde paga 800 pesos.
Narra que no solo él vive de este trabajo informal, sino que varias familias se mantienen de esa actividad. Aunque la embarcación que acoge solo ocho personas, no le pertenece a él, sino a otra persona que trabajan por turnos.
Dice con la mirada siempre puesta en la corriente del río que en los días lluviosos el flujo de los pasajeros se reduce y que lo que allí “se pica” no llega ni a los RD$7,000.
Recuerda que cuando se cobraba 5 pesos por persona eran más quienes cruzaban, luego que subieron el pasaje a 20 pasan menos. Sentado en un tronco a la orilla de la ribera esperando su próximo pasajero, añade que tiene que operarse de una hernia pélvica y no tiene seguro médico.
Y es que pese a su estado de salud, sale a su trabajo y cuando no está en la labores se queda en su vivienda.