Santo Domingo.-“Cada generación trae consigo sus propios retos y preocupaciones, y da la impresión de que realmente la Generación de Cristal o Generación Z (nacidos a partir de la década del 2000) y la de sus padres parecen no coincidir en lo absoluto, pero sucede que estos conflictos o diferencias, pueden regularse y mejorarse a través de la herramienta más antigua y por excelencia: la comunicación”.
Así lo indica la psicóloga clínica Andrea Belén, directora del centro de terapia Calma Alma, quién agrega que, paradójicamente, en esta época tan conectada de la humanidad existen más familias desconectadas.
Destaca que las personas han permitido que la tecnológica los envuelva en el entretenimiento banal e informaciones fugaces, alejándolos de lo fundamental: comunicación abierta y asertiva dentro de sus hogares.
“Es noticia diaria y lamentable ver las altas estadísticas de niveles de depresión y ansiedad de la población joven, de familias que se mantienen a oscuras de las situaciones psicológicas de sus miembros más vulnerables, de los traumas que muchas veces tienen que enfrentar solos, porque posiblemente se sienten sin un lugar en donde puedan ser escuchados y considerados”.
Sin ánimos de buscar culpables, indica, un hecho doloroso y que consternó a todo el país fue el caso de la joven Esmeralda Richiez, de 16 años, que, a pesar de estar en un momento crucial de necesitar y pedir auxilio a sus padres, perdió la vida bajo el mismo techo de sus protectores y cuidadores; “este caso, por mucho, nos debe hacer reflexionar y cuestionarnos sobre la forma en que estamos manejando la cercanía y comunicación en casa”.
En su ejercicio profesional, Belén explica que es frecuente ver en consulta a muchos jóvenes con depresión y ansiedad muy elevadas, ideas e intenciones suicidas que, de manera consciente e inconsciente, manifiestan sentirse poco comprendidos sin acompañamiento de sus familiares más cercanos.
Recomendaciones
Su consejo como terapeuta es abrir el diálogo, dejar de enfocarse en las diferencias que y prestar mayor atención a todos los miembros de la familia, buscando un punto de equilibrio para conversar asertivamente y desarrollar más empatía por el otro.
La especialista brinda algunas recomendaciones:
• Crear un día familiar específico, recuperar “los domingos familiares”.
• Crear momentos sin tecnología: pantallas, celulares o tablets y abrir una conversación de temas diversos, como recuerdos importantes o graciosos o algún tema familiar.
• Tratar de cenar o comer juntos en la mesa cada vez que se pueda.
• Crear ambiente de comunicación: que sea frecuente preguntarse cómo están o cómo estuvo el día.
• Realizar actividades en familia: juegos de mesa, visitar un parque, plaza o playa, etcétera.