El partido de la liberación dominicana ha terminado una hermosa tarea que culmino este fin de semana con la elección de su pre-candidat@. Prácticamente ha llevado dos procesos, la consulta y el proceso de validación de sus militantes para un nuevo padrón, que le permita contabilizar los hombres y mujeres que trabajarán por la conquista del poder.
Los partidos son la garantía de la democracia, y su calidad y fortaleza son los que nos van a definir los gobiernos que tendremos. Pero no solo pueden aportar desde el gobierno, también los partidos tienen que ayudar y ser parte de la gobernanza, para lograr que su país se desarrolle en paz, ofreciendo oportunidades a todos sus ciudadanos.
En ocasiones muy relevantes, la falta de desarrollo de los líderes políticos empuja al fracaso de quienes gobiernan, con la creencia de que esto les hará ganar simpatías, cuando lo correcto es que la ganen demostrando que sus propuestas y acciones, son mejores que las de sus contrarios.
Nuestro partido ya pasó por el gobierno, acumulando muchos años de experiencias, con altas y bajas, y cuenta con un gran activo de hombres y mujeres conocedores de la administración pública. Ahora bien, no debemos olvidar los errores y desaciertos cometidos, porque nos ayudará a no repetirlos.
Y en especial que el partido debe exigir a sus gobernantes el cumplimiento de sus planes y promesas dentro de los principios enarbolados por la organización.
Muchos servidores públicos, después que están en la dirección de las instituciones, se creen merecedores y dueños de todas las decisiones, y se olvidan de que son compromisarios del partido que los llevó al gobierno.
Tampoco el partido debe escatimar ningún esfuerzo en recordárselo y presionarlos a cumplir con estas obligaciones, ya que siempre cargará con los errores de sus hombres y mujeres que ostenten el poder.