Madrid.- En la vida todo entra por los ojos, la primera impresión siempre es visual, la comida apetece probarla si llega a la mesa en un plato bien presentado y apetitoso.
La ropa que compramos la hemos visto previamente en un escaparate o en una revista o en una aplicación en el móvil. Los niños juegan al veo-veo o al escondite tapándose los ojos.
El ojo es el órgano principal del sistema visual y la base del sentido de la vista. Recoge la luz del exterior y la transforma en impulsos nerviosos que llegan al cerebro a través del nervio óptico para interpretarla y transformarla en imágenes. Sin embargo, si no se mantienen sanos, los ojos pueden enfermar y dejar de realizar su función principal: ver.
Los ojos son una de las partes más sensibles del cuerpo y que, tal vez, menos cuidamos. La salud ocular puede verse afectada en cualquier época del año, pero algunas afecciones, como la sequedad ocular en los ojos, son más frecuentes en los meses de verano por la subida de las temperaturas y la mayor exposición al sol.
Por eso, con el verano, las vacaciones y el aire libre, es importante conocer cómo afecta el calor en los ojos.
A nivel físico, el calor produce en nuestro cuerpo mareos, dolor de cabeza o pérdida de conocimiento, en los ojos, la consecuencia más obvia es la sequedad. La falta de lubricación de los ojos a consecuencia del calor se produce fundamentalmente por la rápida evaporación de las lágrimas.
Desde el Servicio de Oftalmología del Hospital Universitari Sagrat Cor de Barcelona, el doctor Gabriel Londoño explica: “Como consecuencia del cambio climático y del calentamiento global se está perdiendo la capa de ozono y están aumentando los rayos UV lo cual afecta a la salud ocular, favoreciendo y acelerando la aparición de las cataratas. Además, como consecuencia de las altas temperaturas y las olas de calor extremo que ayudan a la evaporación de las lágrimas, el ojo se reseca y compromete su buen funcionamiento”.
Los efectos adversos del calor en los ojos no se producen únicamente por las altas temperaturas del verano, los cambios bruscos de frío y calor provocados por los aires acondicionados y los ventiladores cuando entramos o salimos de algún comercio, establecimiento o en nuestra propia casa de una habitación refrigerada a otra sin estarlo, aumentan las consecuencias en la vista.
También el tiempo que pasamos delante de una pantalla de ordenador, mirando el móvil o con videojuegos dañan los ojos. La luz de las pantallas hace que fijemos más la vista en ellas lo que hace que parpadeemos menos de lo necesario para mantener el ojo húmedo.
Por eso es muy importante proteger los ojos con unas buenas gafas con filtro UV no solo cuando estamos expuestos al sol, también a la sombra debemos evitar que los rayos UV del sol perjudiquen tanto la superficie ocular, la conjuntiva y la córnea, como la retina, especialmente la mácula.
Si las gafas son grandes, mucho mejor, pues así protegerán el contorno del ojo cuya piel es más fina y frágil que la de la cara.
Síndrome de ojos secos y el verano
En pacientes con el síndrome del ojo seco, “el menisco lagrimal es escaso, el tiempo de ruptura de la película lagrimal es más corto de lo habitual y las altas temperaturas dejan el epitelio corneal y conjuntival expuesto rápidamente”, puntualiza el doctor Londoño.
Para evitar la evaporación de la lágrima de los ojos por el calor del verano, además de usar gafas cuando estemos al aire libre e impedir también la entrada de alérgenos en el ojo, es conveniente llevar a cabo una serie de recomendaciones que van a ayudar a mantener buena vista y ojos sanos.
Se debe utilizar lágrima artificial para mantener la hidratación ocular adecuada, no abusar del uso de lentes de contacto y proteger el ojo con unas gotas adecuadas que eviten la deshidratación, además de lavarse las manos antes y después de ponerse y quitarse las lentillas.
También utilizar gafas protectoras cuando se realizan ciertos deportes para proteger los ojos. Y, si estamos mucho tiempo frente a la pantalla del ordenador, no debemos olvidar parpadear y para recordarlo, cada 20 minutos, desviar la vista de la pantalla 20 segundos unos 6 metros (20 pies), es lo que se conoce como la regla 20-20-20.
Ante estas olas de calor que estamos teniendo, hay que mantenerse hidratado, beber agua y líquidos, evitar las bebidas alcohólicas y excitantes como el café, el té o las bebidas de cola.
Incluir en la dieta diaria fruta y verdura fresca. Mantener la casa fresquita bajando las persianas para reducir la entrada de calor exterior, y evitar salir a la calle en las horas más calurosas.
Asimismo, buscar la sombra en el exterior, utilizar ropa ligera y de color claro y no olvidar las gafas de sol. Aumentar el uso y la frecuencia de lágrima artificial para mantener los ojos sanos y libres de enfermedades oculares.
El exceso de sol y la exposición a los rayos ultravioletas pueden provocar lesiones oculares como fotoqueratitis, melanoma ocular, tumores en los párpados, nevus o pterigión, un crecimiento anormal de tejido de la conjuntiva sobre la córnea, conocido como palmera o uña ocular.