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¿Cómo la meditación transforma la mente desde la felicidad?

Yovanny Medrano Por Yovanny Medrano
¿Cómo la meditación transforma la mente desde la felicidad? Imagen de Tiểu Minh en Pixabay
📷 ¿Cómo la meditación transforma la mente desde la felicidad? Imagen de Tiểu Minh en Pixabay

Meditación transforma la mente desde la felicidad. Dicen que, en ciertas regiones del mundo, los monjes escuchan crecer la hierba, no porque tengan el oído más agudo, sino porque han aprendido a escuchar desde dentro.

Había una niña -llamémosla Alma– que solía quedarse en silencio durante el recreo. Mientras los demás gritaban, corrían o se empujaban por un balón, ella se sentaba bajo un árbol y escuchaba. Nadie entendía por qué. Algunos pensaban que estaba triste. Otros, que era tímida. Pero Alma simplemente decía: “Aquí todo suena más bonito”.

Pasaron los años. La vida la empujó al ruido, al logro, al estrés. Se convirtió en una mujer admirada, eficaz, indispensable… y ansiosa. Ya no escuchaba crecer la hierba. Solo escuchaba el zumbido perpetuo de sus pensamientos: ¿qué sigue?, ¿qué falta?, ¿qué no hice?, ¿y si no es suficiente?

Un día, colapsó. No en un accidente ni en una tragedia. Colapsó en forma de llanto silencioso, mientras se cepillaba los dientes. Y en ese instante absurdo y humano, comprendió algo esencial: había perdido contacto con la quietud que la sostenía de niña.

Fue ahí cuando comenzó -no a meditar- sino a recordar.

El silencio como restauración neurobiológica

Las neurociencias han revelado que la meditación no solo cambia nuestra experiencia emocional: modifica la estructura y el funcionamiento del cerebro. Pero estos cambios no ocurren como reacción al estrés, sino como evolución desde una conciencia más serena. Es decir, el cerebro también medita cuando ha encontrado un lugar seguro en la experiencia de estar vivo.

Investigadores como Dr. Judson Brewer, en su estudio de 2011 publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, encontraron que los meditadores experimentados logran desactivar el «modo por defecto» del cerebro -la red neuronal que se activa cuando divagamos, rumiamos o pensamos sin control– y activar regiones asociadas a la atención y el autocontrol.

Cuando ese sistema se calma, la mente deja de correr detrás del futuro o de reciclar el pasado. Y ahí, en ese instante sin proyecciones, aparece una forma de felicidad tranquila, sin nombre.

La meditación no busca el silencio: lo recuerda

Lo más revelador de estos hallazgos no es que la meditación cambie el cerebro, sino cómo. Los estudios del equipo de Sara Lazar en Harvard muestran que solo ocho semanas de práctica incrementan la densidad de materia gris en zonas vinculadas a la memoria, la empatía y la regulación emocional.

Pero estos cambios no se activan por fuerza de voluntad, sino por la repetición voluntaria de estar presente, sin juicio, sin prisa. Como Alma, que de niña no necesitaba técnicas para sentirse en paz: solo atención.

Cuando las personas experimentan una forma profunda de bienestar -ya sea por un proceso terapéutico, una experiencia espiritual, o una pausa impuesta como la pandemia-, el cerebro se vuelve más receptivo a esa quietud. Y entonces, la meditación ya no es una herramienta para escapar del dolor, sino una forma de permanecer en el presente sin miedo.

Un cerebro feliz es un cerebro que no huye

No hay nada más radical hoy que estar quieto. En una cultura que premia la velocidad, la productividad y la multitarea, elegir el silencio es un acto de libertad.

Un estudio publicado por Tang et al. en Nature Reviews Neuroscience resume los beneficios cognitivos y emocionales de la meditación: mejor atención, menor ansiedad, mayor empatía, mejor regulación emocional. Pero más allá de los datos, hay algo que no puede medirse: el regreso al hogar interior.

Escuchar crecer la hierba

Alma, ahora adulta, no volvió a sentarse en el patio del colegio. Pero cada mañana, antes de encender el celular o responder correos, se sienta unos minutos en su sala. A veces medita en silencio. A veces solo respira. Pero en ese espacio íntimo y sencillo, recuerda quién fue. Y más aún, quién es cuando no se exige nada.

Y en los días buenos -que ya son más frecuentes-, vuelve a oírlo: ese sonido mínimo, casi imperceptible… el de la hierba creciendo en su alma.

Les invitamos a leer: Meditación es el silencio que despierta la felicidad

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Yovanny Medrano

Ingeniero Agronomo, Teologo, Pastor, Consejero Familiar, Comunicador Conferencista, Escritor de los Libros: De Tal Palo Tal Astilla, y Aprendiendo a Ser Feliz

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