A los 24 años estaba en la bancarrota. Con solo US$2,26 en su cuenta bancaria y sin trabajo, tuvo que regresar a la casa de sus padres.
«Llegué dormir literalmente en la misma cama que usaba cuando era niño», le dice a BBC Mundo Grant Sabatier, autor del libro Financial Freedom –que esta semana llegó a las librerías estadounidenses- y fundador del sitio web Millennial Money.
Corría el año 2010 y sus padres le dieron un plazo de tres meses para salir de la casa. Graduado en filosofía y sin conseguir ni siquiera una entrevista laboral, se puso a pensar cómo generar dinero.
Fue entonces cuando se dedicó a investigar cómo funcionaban las campañas publicitarias de Google Ads y durante un mes aprendió en su casa a manejar el sistema -con los cursos y tutoriales disponibles en la web- y se lanzó a buscar trabajo.
«La primera vez que postulé a un trabajo en marketing digital, lo conseguí», cuenta. Y de ahí en adelante su vida cambió. Se fue de la casa de sus padres y se puso la meta de ahorrar e invertir la mayor cantidad de dinero posible.
En apenas cinco años juntó US$1,25 millones, cuenta Sabatier desde Nueva York.
«Vivía en un apartamento miserable, tenía un auto miserable, y me pasaba casi todo el tiempo trabajando y ahorrando dinero».
Pero claro, todo ese dinero no lo consiguió a través de su trabajo a tiempo completo. En sus horas libres, hacía campañas de marketing online a varios clientes.
«En un momento llegué a tener 13 fuentes distintas de ingreso«.
Al cabo de un año, fundó su propia compañía de marketing digital y seis meses después, la segunda empresa en el mismo rubro, junto a dos socios.
«Me jubilé a los 30 años»
«Junté tanto dinero que me jubilé a los 30 años y hoy me dedico a escribir en mi blog», cuenta Sabatier, ahora con 34 años.
«Estoy retirado de la vida corporativa porque no necesito dinero, puedo vivir de las rentas el resto de mi vida».
A eso le llama Sabatier, «libertad financiera«, como el título de su libro.
«Jubilarse no es dejar de trabajar, es hacer lo que te gusta».
De hecho, el trabajo en marketing digital no era la pasión de su vida, pero lo vio como un camino para conseguir dinero.
«Desde el inicio mi objetivo era juntar dinero para comprar mi libertad».
«Nunca me interesó el dinero por el dinero. Mi idea era conseguirlo precisamente para tener independencia financiera», agrega.
Al final, la clave de toda esta historia, dice, es ahorrar e invertir temprano en la vida.
«Compré mi libertad»
«Me demoré cinco años, tres meses y seis días», cuenta. Y la clave para lograr ese objetivo se debe a varias razones.
«Hay un poco de suerte, mucho trabajo duro, ser curioso e invertir bien los ahorros».
Sabatier comenzó a invertir en 2010, cuando el mercado no estaba pasando por un buen momento y obtuvo grandes beneficios por el alza sostenida que han experimentado sus inversiones.
«Llegué a ahorrar el 82% de mis ingresos. Veo el ahorro como una oportunidad, no como un sacrificio», agrega.
«Calculé que por cada US$100 dólares que ahorraba, estabacomprando seis días de libertad en el futuro».
Cuenta que empezó a pensar en el dinero, no como dinero sino como unidades de tiempo, y eso le abrió una nueva perspectiva.
¿Cómo se hace?
El millennial jubilado dice que hay que seguir tres pasos para lograr la independencia financiera.
1-Mientras más ahorras, más rápido conseguirás la independencia financiera. Si solo ahorras el 5% o 10%, nunca lograrás esa libertad. Lo ideal es llegar a 50%.
Pero para eso tendrás que irte a vivir a un departamento más pequeño y arrendar con otras personas por unos cuatro o cinco años.
2-Toma todas las oportunidades que tengas para hacer dinero. Hay que comenzar con un trabajo a tiempo completo y no tener vergüenza de pedir un aumento de salario cuando se dan las condiciones.
En paralelo, encuentra otras maneras de ganar dinero que sean complementarias a tu trabajo.
3- Invierte lo que ahorras.
¿En qué invirtió Sabatier?
En propiedades y en la bolsa. «Mientras más inviertes, menos tendrás que vender tu tiempo por dinero».
Ahora vive con su esposa en Nueva York y, a pesar de que es una de las ciudades más caras de Estados Unidos, cuenta que no gasta más de US$50.000 al año.
«Podría gasta más, pero no voy a ser más feliz», dice, explicando que la mayoría de las cosas que le gusta hacer son prácticamente gratuitas, como escuchar música con los amigos o ver películas con su pareja.
Al final, agrega, «mientras más gastas dinero, más tiempo tendrás que trabajar».