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Cómo evitar las compras impulsivas este Black Friday y Navidad

  • Laura Güemes explica que el síndrome del comprador compulsivo es aquel que se desarrolla cuando la persona siente una necesidad casi incontrolable de comprar

Con la llegada del Black Friday, Cyber Monday y las navidades las compras se disparan y, con ellas, el riesgo de caer en el llamado síndrome del comprador compulsivo, una conducta en la que comprar productos se convierte en una forma de aliviar el estrés, la tristeza, o el aburrimiento. Nuevo post de los expertos del blog «Salud y prevención».

“No es que a la persona le guste comprar, sino que utiliza la compra como una vía de escape emocional”, explica la psicóloga Laura Güemes, de Quirónprevención, quien advierte de seis señales clave para reconocer este comportamiento, a la vez que nos propone una serie de sencillas estrategias para disfrutar de las ofertas sin arrepentirse después.

“Antes de comprar merece la pena pararse un momento y hacerse algunas preguntas: ¿Realmente lo necesito? ¿Podría esperar unos días? ¿Estoy comprando porque me gusta o porque estoy nerviosa, triste, o aburrida? A veces, sólo con darnos ese espacio ya cambia completamente la decisión”, sugiere la experta.

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Qué es el síndrome del comprador compulsivo

Laura Güemes explica que el síndrome del comprador compulsivo es aquel que se desarrolla cuando la persona siente una necesidad casi incontrolable de comprar, aunque no lo necesite, o incluso sabiendo que luego se va a arrepentir.

“No es que le guste comprar, sino que usa las compras como una forma de aliviar emociones como la ansiedad, el vacío, o la tristeza. El problema es que el alivio dura poco, y después suele aparecer la culpa o la sensación de ‘¿por qué lo he hecho?’”, indica la psicóloga.

Y es que son varios los factores psicológicos que influyen en comprar en fechas tan señaladas como el Black Friday, e incluso en las Navidades, tal y como asegura.

Por un lado, menciona a la presión social: “Vemos a todo el mundo comprando y sentimos que ‘si no aprovecho, pierdo algo’; aunque también influye la publicidad agresiva de estos días, así como la sensación de urgencia (‘sólo hoy’, ‘últimas unidades’), que activan el miedo a perder la oportunidad. Además, en estas fechas solemos estar más emocionales o estresados, y el consumo puede funcionar como una forma de autorregulación emocional”.

Señales de alerta y tips frente a la compra compulsiva

La psicóloga Laura Güemes, de Quirónprevención, detalla que algunas señales de alerta que podrían indicar que se está comprando compulsivamente son:

Comprar sin planificación.

Sentir culpa o arrepentimiento tras la compra.

Esconder las compras.

Gastar más de lo previsto de forma repetida.

Acumular productos que no se usan.

Sentir ansiedad cuando no se puede comprar.

“En estos casos, el acto de comprar deja de ser una elección libre y se convierte en una necesidad emocional”, remarca. De ahí que apueste por que, ante este tipo de fechas, lo más importante sea planificar las compras, hacer una lista de lo que realmente se necesita, y fijar un presupuesto cerrado antes de empezar a mirar.

Sostiene que también ayuda el evitar ‘pasear’ por webs o tiendas sin un objetivo claro, “porque eso aumenta la exposición a estímulos”, al mismo tiempo que esta psicóloga considera que otra estrategia útil es esperar unas horas, o incluso un día antes de confirmar una compra, y preguntarse si realmente necesitamos ese producto o es algo que, simplemente, nos ha llamado la atención.

Las emociones que hay detrás de las compras compulsivas

“Y, por supuesto, revisar las emociones: muchas veces compramos por aburrimiento, estrés, o recompensa”, insiste esta psicóloga de Quironprevención.

Cree, de hecho, que influye muchísimo el estado emocional en el comportamiento de la compra: “Cuando estamos tristes, ansiosos, o aburridos, el cerebro busca una gratificación inmediata, y comprar puede dárnosla. El problema es que ese alivio dura poco, y a menudo, después, aparece la culpa. En cambio, si compramos desde un estado emocional más tranquilo, solemos hacerlo de forma más racional y ajustada a nuestras necesidades reales”.

Es más, Güemes avisa de que las redes sociales juegan un papel muy notable en este escenario y los algoritmos aprenden qué es lo que nos gusta y nos muestran productos adaptados a nuestros gustos y emociones.

«Además, las redes fomentan la comparación: ver lo que otros compran o muestran puede despertar el deseo de tener lo mismo. Todo está diseñado para generar impulso, por eso es importante tomar conciencia de que el entorno digital no es neutral”, agrega.

Una estrategia útil: el periodo de reflexión

La experta apuesta por establecer un ‘periodo de reflexión’ antes de realizar una compra, para tomarse un tiempo, puesto que así se corta el circuito del impulso.

“No hay un número exacto, pero esperar al menos 24 horas suele ser suficiente para que la parte más racional del cerebro vuelva a tener el control. Si pasado ese tiempo seguimos queriendo el producto, es más probable que se trate de una necesidad real y no de un impulso momentáneo”, añade.

Con la celebración del Black Friday recuerda que el objetivo no es no comprar, sino comprar con conciencia.

“El problema no está en aprovechar una oferta o regalar algo bonito, sino en hacerlo desde el impulso, desde esa sensación de ‘lo necesito ya’ o ‘si no lo compro ahora me voy a arrepentir’. Ahí es donde el consumo deja de ser una elección libre y se convierte en una forma de llenar vacíos o de calmar emociones”, avisa.

Y si al final compramos, mantiene la psicóloga de Quiron prevención, que sea algo que aporte valor, que tenga un propósito o que realmente nos haga ilusión, y que no sólo sea cuestión de llenar el carrito ‘porque está rebajado’, sino disfrutar de estas fechas también pasa por poner límites, porque cuando aprendemos a decir ‘no’ a lo que no necesitamos, nos quedamos con lo que de verdad importa.

Fuente: EFE

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