Santo Domingo.- En este mundo tan convulso, donde cada día se pierde el valor de los derechos y hasta la vida en un intercambio de ideas fruto de un mal manejo de la comunicación, se hace necesario hacer más eficiente el lenguaje de las palabras para evitar conflictos.
La comunicación es inevitable, porque aun en su ausencia comunicamos algo, dice Laura Virginia González Bichara, psicóloga Clínica, quien explica que una herramienta poderosa para aprender a defender las propias necesidades frente a las exigencias de los demás sin llegar a utilizar comportamientos agresivos o violentos es la asertividad.
La experta manifiesta que esta es la habilidad de expresar ideas positivas y negativas, y los sentimientos de una manera abierta y honesta, respetando siempre a nuestro interlocutor. Pero refiere que la asertividad se diferencia y se sitúa en un punto intermedio entre otras dos conductas polares, que son la agresividad y la pasividad.
Comunicar sin atropellar
González Bichara entiende que la sociedad debe aprender a ser asertiva, pues quien la desarrolla puede decir lo que piensa y actuar en consecuencia, haciendo lo que se considera más apropiado para él mismo, defendiendo sus derechos, intereses o necesidades sin agredir al otro.
La psicóloga destaca que no solo permite ser empático con las necesidades de los demás, sino también que se disminuyen los niveles de ansiedad, se aumenta la confianza y seguridad en sí mismo reforzando nuestra autoestima y las ideas, valores y sentimientos fluyen en dos vías, libremente, de una persona a otra.
En el plano sentimental es la clave para relacionarse sanamente y sin conflictos, permite expresar lo que te gustaría de tu pareja, hacer peticiones entendiéndole y mostrando empatía, con el fin de que tu pareja avance. “Muchas personas suponen que con el amor uno se convierte en clarividente y si no es así, no se está realmente pendiente y enamorado del otro. Pero como bien titula Beck en uno de sus libros, “con el amor no basta”, dijo.
Para que las relaciones fluyan sin contratiempos hay que comunicarle al otro tus deseos, peticiones, demandas de cariño, y hacerlo de forma que lo comprenda y no esperando que lo “sobrentienda” con tus gestos de disgusto. Dice que para aprender a comunicarte de esta manera es propicio transmitir las palabras con respeto, sinceridad y firmeza. Educando la voz para que sea firme y relajada, utilizando un volumen apropiado, mostrando una actitud corporal cooperativa y constructiva. Cuando una persona es asertiva desarrolla la habilidad de escuchar. Si va a interrumpir la conversación, sabe cómo hacerlo, en el momento apropiado y con respeto.
El momento correcto
Afirma que las buenas relaciones se cultivan, aunque dice que no todo tiempo, circunstancias, ni lugar son apropiados para expresar lo que se quiere. A veces se necesita prudencia y paciencia hasta encontrar el momento adecuado. Las palabras, el tono y el gesto amable son imprescindibles para no enganchar la reacción del otro.