Tal vez este año que termina las cosas no salieron como lo planeaste y tú puedes pensar que no hay esperanza para comenzar un nuevo año con más expectación.
Puede ser que te encuentres en un camino sin salida, todos tus sueños parecen tan lejos de alcanzar, pusiste tu felicidad en manos de una persona y te destrozó el corazón, las deudas te están agobiando, no puedes dormir siquiera un momentito en paz, tu hogar está destruido, todo parece tan oscuro en tu vida.
Te preguntas cuál es el sentido de vivir, la depresión está consumiendo tu vida, no sabes qué hacer ni a dónde ir… mira, no lo hagas, todavía hay esperanza, si ya le has dado la oportunidad a muchas otras cosas que creías iban a ayudarte pero ahora estás peor, ahora te pido que le des una oportunidad a Dios.
El dice en su palabra: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” ( Mateo 11:28). Dios te está abriendo una puerta de salida, esa puerta tiene nombre, se llama Jesucristo.
Dios no te creó para estar ahí tirado en el suelo o encerrado en tu habitación por tanto tiempo.
Él te creó para que seas libre y disfrutes de su amor incondicional y de las grandes maravillas que Él hará en tu vida si tan solo se lo permites.
Así, ya basta, te digo ahora que te levantes de ahí, sal de ese rincón, párate y dile a Dios, Padre mío ayúdame, saca todo esto de mi corazón y de mi pensamiento, libértame de todas mis cadenas, te necesito Señor, te entrego mi vida y todas mis circunstancias, dame descanso, dame de tu paz.
Comienza de nuevo a vivir este nuevo año con esta esperanza que es verdadera.