Colombian citizens deported by Venezuela wait to cross the border in La Fria, Tachira state, Venezuela August 29 , 2015. The president of Colombia, Juan Manuel Santos, visited on Saturday Cucuta, 600 km northeast of Bogota and epicenter of the border crisis with Venezuela, amid bilateral tension after the mass expulsion of Colombian government Nicolas Maduro. AFP PHOTO/GEORGE CASTELLANOS
BOGOTÁ.-Colombia se mostraba este martes decepcionada con los organismos regionales por su posición ante la crisis fronteriza con Venezuela, luego de que la OEA rechazara convocar una reunión extraordinaria de cancilleres y Unasur pospusiera un encuentro similar.
El gobierno de Juan Manuel Santos descartó asistir a una cita en el seno de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) si ésta no ocurre esta semana, por considerar que sería tarde para tratar la situación humanitaria que afecta a más de 11.000 colombianos, según la ONU.
«Habíamos dicho que queríamos (una reunión de) Unasur esta semana porque queríamos hacer el debate y mostrar lo que está pasando, si esta semana no es Unasur, ya no creemos que vale la pena», dijo la canciller María Ángela Holguín a una radio colombiana.
La cita de Unasur había sido anunciada por Bogotá para este jueves en Quito, sede del organismo, pero fue aplazada el lunes porque la canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, está de gira con el presidente Nicolás Maduro por Asia.
Según Holguín, si su homóloga no abandona la gira para asistir a Unasur, significa que «no le parece que realmente es importante lo que está pasando» y el debate es aún más innecesario.
La diplomacia colombiana sufrió un doble revés el lunes, pues además de anunciarse la postergación en Unasur, la Organización de Estados Americanos (OEA) rechazó convocar una reunión de cancilleres solicitada por Bogotá para tratar denuncias de «violación de derechos humanos» en la crisis. Ante este panorama, se espera para este martes un pronunciamiento de Santos.
Maduro «ansioso» por Unasur
Desde Pekín, en tanto, Maduro dijo este martes estar «ansioso» de que se produzca la reunión de Unasur para tratar la crisis con Colombia, que se profundizó el pasado jueves cuando ambos países llamaron a consultas a sus embajadores.
La tensión entre Bogotá y Caracas comenzó el 19 de agosto con el cierre de pasos fronterizos por Maduro tras un ataque a militares venezolanos durante una operación anticontrabando, y que el mandatario atribuyó a «paramilitares colombianos».
Desde entonces, Venezuela ha deportado unos 1.100 colombianos, mientras otros 10.000 han cruzado la frontera por temor a ser expulsados sin sus familias y pertenencias, según detalló el lunes la Organización de Naciones Unidas (ONU).
«Estoy ansioso de que se convoque la reunión de Unasur (…) Sobran las pruebas de la guerra contra la economía venezolana, del contrabando, del paramilitarismo», aseguró Maduro, quien justifica las deportaciones aduciendo que los colombianos deportados estaban vinculados al paramilitarismo, un argumento que Bogotá niega.
En medio de la crisis, el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, pidió este martes a Maduro y Santos reunirse cuanto antes. Según Varela, esa reunión -para la que ofreció a su país como sede- debe ser respaldada por toda la región porque «el conflicto humanitario que se está dando» afecta ciudadanos de ambos países.
En Colombia es muy discutido el papel de Panamá, pues Bogotá contaba con su voto para convocar la reunión de la OEA. El país finalmente se abstuvo, supuestamente porque tras una llamada de Maduro, Varela «pensó que abstenerse lo dejaba más neutro para una eventual mediación», según explicó Holguín.
ONU, alternativa de Colombia
Ante el panorama regional, el gobierno colombiano planteó como alternativa acudir formalmente a la ONU para abordar la crisis, sin cerrar la puerta al encuentro bilateral. «Usted ve estos organismos internacionales y usted piensa: tanta cosa y tantos recursos que cuestan y en el momento de una crisis desaparecen», dijo Holguín.
«Creo que esto hay que llevarlo (a la ONU), independientemente que uno haga una reunión bilateral», destacó.
El profesor de derecho internacional de la colombiana Universidad del Rosario, Ricardo Abello, coincidió en que hay que acudir a la ONU y dijo que, según decida el gobierno, el caso puede llevarse a la Asamblea General o al Consejo de Derechos Humanos.
«La ONU y su secretario general tienen que estar al tanto de lo que ocurre para que más adelante se puedan tomar medidas. En ningún caso el derecho internacional reacciona con la velocidad que quisiéramos, pero es importante que se conozcan los hechos, porque se están violando todos los procesos con las expulsiones de colombianos», explicó Abello a la AFP.
El lunes, el coordinador residente de la ONU en Colombia, Fabrizio Hochschild, visitó la región fronteriza de Norte de Santander, adonde ha llegado la mayoría de afectados por la crisis y dijo que el organismo está «preocupado» por la situación humanitaria.
Colombia y Venezuela comparten una porosa frontera de 2.219 km, en la que ambos denuncian la actividad de grupos irregulares que se lucran con el contrabando de combustible y otros productos altamente subsidiados por el gobierno.