Una de las cosas que más tememos los seres humanos es al cambio. Pero es lo único real en nosotros, en esta dimensión. Todo se transforma, nada permanece inmóvil.
A nuestras vidas entran y salen personas, cambian las situaciones, el entorno se transforma, cuando no aceptamos, sufrimos, persistimos, nos causa muchas veces dolor y otras tantas bloqueos. Y es así como muchas veces permanecemos en relaciones amorosas sin amarnos, en trabajos que no nos apasionan, amistades que ya no son, vínculos que no existen y es que la zona de confort se siente a veces placentera, pero no es más que permanecer creyendo que vivimos en un tiempo que ya no existe. Esto implica un desgaste de nuestro ser. Esas máscaras que nos ponemos ante los demás y que luego, presos del cansancio nos quitamos en la soledad, nos enferma física, mental, emocional y espiritualmente.
Y es que nuestra vida es como un péndulo. Podemos estar muchas veces en la cumbre del éxito material, y también tener la inteligencia emocional de comprender que puede ser que en otra ocasión estemos debajo, sin por ello afectar nuestra paz emocional, eso sí, siempre siendo nosotros.
Viviremos tiempos difíciles, que no son estáticos, todo pasa, lo importante será en estos tránsitos fluir, aceptar, soltar y volver a empezar.
Vivir en el presente es otra carta que nos ayudará a caminar en equilibrio y expectación ante cada nueva oportunidad que se nos ofrece para ser felices.