"El virus" es la amenaza que más temen hoy los habitantes de Cuba, ya golpeados por la escasez de alimentos, medicinas y electricidad.
Fiebre alta, sarpullidos, vómitos, diarreas e inflamación de las articulaciones son los síntomas más frecuentes de quienes enferman, mientras aquellos que lo han pasado sufren secuelas de diversa gravedad y los aún sanos temen caer en cualquier momento.
"El virus" al que se refieren los cubanos es, en realidad, la propagación simultánea de tres arbovirus o virus transmitidos por mosquitos -dengue, chikungunya y oropouche– en la isla, según el gobierno cubano y la Organización Mundial de la Salud/Organización Panamericana de la Salud (OMS/OPS).
A estos se suman otros virus respiratorios como la covid, según explicaron autoridades epidemiológicas en medios estatales.
"Matanzas parece hoy una ciudad de zombis… así andamos, doblados, adoloridos. Basta con salir a la calle y mirar", escribió hace unas semanas la periodista Yirmara Torres Hernández en un mensaje en redes que fue reproducido por varios medios.
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Y es que los relatos que llegan desde la isla hablan de pacientes febriles, encorvados y con problemas de movimiento como consecuencia de la epidemia.
Esta llega en un momento de crisis extrema que afecta al sistema sanitario con escasez de medicamentos, limitaciones diagnósticas y la percepción generalizada entre los cubanos de que automedicarse en casa es mejor que acudir a uno de los hospitales de la isla.
Las autoridades sanitarias reconocen al menos 47 muertes por los arbovirus, aunque expertos y activistas creen que muchas otras no se registran o el gobierno las atribuye a otras causas, por lo que el número podría ser mucho mayor.
Fuentes consultadas por BBC Mundo aseguran conocer varios casos cercanos de fallecidos a causa del "virus" en los últimos meses.
Los nuevos contagiados de chikungunya crecieron un 71% en solo 7 días, según indicó la semana pasada el Ministerio de Salud Pública de Cuba, mientras la OPS cifró en 25.995 el total de casos de esta enfermedad.
Sin embargo, gran parte de los enfermos rehúsan acudir a los centros médicos si no se encuentran muy graves, por lo que se desconoce la cifra real.
"El virus" y sus efectos
BBC Mundo habló con varios cubanos que relataron desde la isla su experiencia con el virus.
"Estaba trabajando y sentí como un dolor en la rodilla, como un peso fuerte. Cuando me fui a levantar de la silla no podía, caminar me era muy complicado. Así fue como empezó", recuerda Hansel, ingeniero de 31 años de La Habana.
Esto ocurrió hace aproximadamente dos meses. Al día siguiente, sus síntomas empeoraron.
"Amanecí ya con dolores en todo el cuerpo, las articulaciones, los pies, los dedos, las dos rodillas, la espalda baja, los hombros, las muñecas, los dedos de las manos…"
Hansel define lo que padecía como "una especie de artritis, como si de repente fueras una persona anciana".
A esto le siguieron tres días de fiebre alta, con hasta 39ºC, que se combinaron con los dolores.
Estos persistieron aunque la temperatura bajó y al quinto día, explica, le salió un sarpullido en todo el cuerpo.
Silvia (nombre ficticio ya que no quiere ser identificada) explicó a BBC que su madre y su abuela, en la provincia de Pinar del Río, en el extremo occidental de la isla, se encuentran muy enfermas, también a causa del "virus".
"Te lo cuento yo porque ellas no están en condiciones", comienza.
Silvia relata que ambas padecen temblores, fiebre de hasta 39 grados y medio, y un dolor intenso en las articulaciones que les hace imposible levantarse de la cama.
¿Qué padecen? Puede ser dengue, chikungunya, oropuche o algún otro virus. Ni Hansel ni la familia de Silvia lo saben con seguridad, porque no han acudido a los centros médicos. Lo consideran malgastar su tiempo y la escasa reserva de energía que les deja el "virus"

La salud en Cuba, al límite
En los hospitales cubanos, atestigua Silvia, "no hay condiciones para tener a las personas. Todo está colapsado, incluyendo los pediátricos. Diagnóstico como tal no hay; solo mandan hidratación, acetaminofén, paracetamol para los dolores de las articulaciones".
"La verdad, es bien precario lo que se está viviendo. Simplemente las personas lo pasan en sus casas como pueden, prácticamente sin caminar, propio de los dolores", sentencia.
Un profesor de 50 años de La Habana nos asegura, también desde el anonimato, que "son los menos" quienes acuden a centros médicos tras enfermar.
"Casi todo el que conozco no va. La gente opta por no ir porque en esas instituciones no hay forma de conseguir un diagnóstico seguro y tampoco hay medicamentos. Hay que comprarlos en el mercado informal, o que un familiar o amigo los mande de afuera, o que alguien que viva aquí te los regale", afirma.
Cuba se autodefine como una "potencia médica" por ciertos logros en las últimas décadas que no han alcanzado otros países más grandes o ricos, desde la formación de una extensa legión de médicos y el despliegue de misiones sanitarias internacionales hasta el desarrollo de una industria biotecnológica propia que creó una vacuna autóctona para la covid-19.
Sin embargo, el agravamiento de la endémica crisis económica que padece el país sitúa hoy a su sistema sanitario en unas condiciones extremadamente precarias.
La mayoría de hospitales están completamente desabastecidos de equipos, material y medicamentos, lo que les impide ofrecer las mínimas condiciones médicas e higiénicas para atender a los pacientes.
A esto se suma que miles de médicos cubanos han emigrado al extranjero con el éxodo de los últimos años, dejando en la isla servicios colapsados, turnos sin cubrir y una sobrecarga crónica del personal que trabaja bajo una fuerte presión por salarios que rondan los US$30 mensuales al cambio real.
BBC Mundo contactó con el gobierno cubano para solicitar una entrevista con una autoridad de salud, pero no recibió respuesta.

"Las autoridades nacionales han implementado medidas de vigilancia y respuesta, incluyendo el fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica y de laboratorio, la estandarización del manejo clínico en los servicios de salud y la implementación de intervenciones de control de vectores dirigidas a las áreas de mayor transmisión", nos indicó la OMS/OPS.
La situación extrema que vive Cuba no solo afecta al tratamiento de los enfermos con dengue, chikungunya y oropouche, sino que también favorece la propagación de estas enfermedades.
"Las condiciones higiénicas en los hogares y los alrededores influyen en la proliferación de los vectores que transmiten estas enfermedades", responde la OPS a nuestra pregunta de cómo influyen factores como los apagones, la escasez de agua o la acumulación de basura.
Otros lo expresan de forma más gráfica.
"Si cortan la luz y no puedes usar ventiladores, aire acondicionado u otros equipos que ayuden a combatir los mosquitos, entran y te pican", lamenta Hansel.
A esto se suma, agrega el ingeniero, "el tema de los basureros en las esquinas de los barrios, que a veces hay muchos y no los recogen o se acumulan ahí, y todo eso genera también mosquitos y problemas".

Muertos y secuelas
El gobierno cubano cifra por el momento en 47 las víctimas mortales del "virus", mientras la OMS/OPS da por buenas las cifras oficiales.
Sin embargo, expertos independientes creen que la cifra real podría ser mayor, y varias personas con las que habló BBC Mundo conocen algún deceso reciente y cercano a causa de la epidemia.
"Conozco de cerca dos personas muertas. Ambas ancianas, de ochenta años más o menos. Una de ellas fue remitida para el Hospital Provincial de Sancti Spíritus y a la otra la dejaron en una pequeña sala de terapia que hay en el hospital de Fomento", indicó el profesor antes citado.
Otra gran preocupación son las secuelas que estos virus están dejando, y cuyo alcance a largo plazo se desconoce.
Por el momento, muchos de los pacientes aseguran seguir sufriendo dolores y limitaciones de mayor o menor grado semanas e incluso meses después de curarse.
"Me queda el dolor en los dedos de las manos, por ejemplo al cerrar la mano y apretarla, me cuesta trabajo abrir pomos (tarros), los hombros me duelen y la espalda baja un poco también. Y ya ha pasado más de un mes", lamenta Hansel.