Cogerlo suave. Es una expresión que durante mucho tiempo me incomodaba. Lo veía como una forma de no ser responsable de las cosas y como que daba igual si se hacían bien o mal.
Pero con el tiempo y al ir “aplatanándome” la verdad que es una forma de ver las cosas que, en ocasiones, tiene su sentido y su efecto.
Si algo he aprendido en este tiempo de pandemia es precisamente a cogerlo suave, a dejar que muchas cosas sucedan como deben suceder y no querer que todo siempre salga como yo espero. Y al final es liberador.
Si todo en esta vida fuera como queremos, creo que de todas maneras siempre estaríamos buscando algún pero a las cosas. Esa búsqueda constante de la perfección hace que lo que siempre sientas es una insatisfacción y no disfrutar de lo bueno que muchas veces te llega, incluso aunque no lo hayas planificado.
La persona que hace años llegó a este país ha cambiado mucho. La forma de ver las cosas del dominicano me ha empapado de actitudes que me han enriquecido, al final eso es lo importante. Y ahora cuando llega a mi vida algo que no sale como quiero, me suena en la cabeza que cogerlo suave es la mejor opción para avanzar.
Aprendo, rectifico y sigo. Pero sobre todo no dejo que me afecte como solía pasar porque eso lo que hacía era que me detuviera y diera vueltas y vueltas buscando un por qué, pero como escuché hace poco las cosas que te pasan en la vida no tienen un por qué, tienen un para qué. Y eso es con lo que uno tiene que quedarse, todo sucede para algo no por algo.
Gracias a todos los que me han enseñado a coger las cosas suave.