He aquí algunas cifras de Brasil ya al finalizar el primer trimestre de 2017 y cuando se cumplen tres años del “Lava jato”.
– En 2016 el PBI cayó 3,6 %. La caída en el 2015 fue del 3,5 % y en los dos años marca una retracción acumulada del 7,2 %, la más alta de la historia del Brasil.
– El desempleo raspa el 13 %. En total 13 millones de desocupados
– El ingreso per cápita cayó en 2014 (-0,4 %).2015 (-4,6 %) y 2016 (-4,4 %).
– 60 mil personas son asesinadas por año y otras 20 mil desaparecen.
– 100 mujeres son violadas por día.
– Hay 200 detenidos y 125 condenados por el caso Lava Jato. (Escándalo de corrupción en Petrobras).
– Por ahora, en 25 juicios hubo condenas por 1,317 años.
– Se sabe hasta este momento que se pagaron 2064 millones de dólares en sobornos (no solo en Brasil, sino también por los alrededores y hasta en África; cuán largos, así como generosos eran los tentáculos de Odebrecht, la empresa constructora “estrella” del escándalo)
– Hay 900 testimonios de 77 ejecutivos de Odebrecht (“honorables” soplones que han negociado “delación” por recorte de condena), que implican a unos 170 políticos en plena actividad (entre ellos Lula, y el mismo presidente Michel Temer).
Si ponemos todos estas cifras y datos en una coctelera, ¿que nos puede dar para este año 2017? No va a salir un coctel douce, ni semi douce . Esto es seguro.
Con respecto a la evolución económica de Brasil algunos expertos no son del todo pesimistas para este año 2017. Ven mejores perspectivas en los mercados externos, beneficios por los cambios en las tasas de interés y destacan algunos ítems, como la baja inflación (se prevé que será inferior al 4,5 % fijado como objetivo).
Es igual una prueba difícil para el presidente Temer. Su suerte depende de resultados económicos que ayuden en términos macro, que den garantías a inversores, pero que a la vez generen tranquilidad social. Una difícil combinación de conseguir para cualquiera y más para Temer, quien también está salpicado, raspado y arañado por el escándalo “Lava Jato” .
Además, Temer para muchos es un presidente ilegítimo y entonces, como los amantes, debe dar prueba de su eficiencia continuamente. Las cifras dicen que el 62 por ciento de la población lo reprueba y solo lo apoya un 10 %
Y mientras tanto sigue el “ Lava Jato” y seguramente habrá novedades fuertes. Hace unos horas el expresidente Lula compareció ante la justicia por uno de los casos en que está involucrado.
Lula dice que es un perseguido y que le pasa a él como le pasó a Jesucristo, aunque aclaró humildemente que no está comparándose con aquél.
El líder del Partido de los Trabajadores, como ya es un recurso usual de muchos “ progresistas” para conseguir una especie de coraza, de “fueros” informales, y posar como perseguido político, ha anunciado que será candidato a la Presidencia en las elecciones de octubre de 2018.
Hay, empero, quienes aseguran que las consecuencias del “Lava Jato” se harán sentir sobre el expresidente y sus pretensiones políticas.
Incluso aunque las elecciones se adelanten como muchos auguran y ello sobre la base de que a Temer le va a ser muy difícil manejar con éxito la economía o por la eventualidad de que tampoco él pueda librarse del ”Lava Jato”.
Los militares ya han hecho llegar el mensaje; hablan de un país a la deriva, sin proyecto, alertan sobre eventuales candidatos populistas y aseguran que no van a intervenir, pese a que, dicen, hay mucha gente que lo desea.
Si el coctel resulta explosivo no es difícil entonces que se recurra a adelantar las elecciones. Aparece como la mejor salida.
Nota aparte. Al que le debe gustar esa salida es a Nicolás Maduro quien debe estar rogando a Dios y al pajarito para que se dé ese cambio de gobierno en Brasil. Sobre todo luego de las últimas declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores, el exguerrillero Aloysio Nunes, quien aseguró que en Venezuela ya “hace mucho tiempo que se desbordó la normalidad democrática”’ y añadió ante eventuales acusaciones de Maduro, que es sabido que “ toda dictadura acostumbra a usar el artificio del fantasma enemigo externo para legitimarse”. Palabra de Itamaraty. Pero aquí la dejamos, ya es otro tema