Cocos de Abinader y Pedernales

Cocos de Abinader y Pedernales

Cocos de Abinader y Pedernales

Pedro Ángel, director de Resumen de salud.

Pareceré lisonjero y hasta chupamedia, pero nunca lo he sido aún insertado en el epicentro del poder, donde hasta a un ladito me echaron. Pero tengo que decirlo: Abinader se puso dos cocos para desarrollar Pedernales.

En el terreno contacté muchas cosas de lo tanto que se está hablando de ese rinconcito del sur lejano, de Bahía de las Águilas y su despertar turístico. Y llegué a dos conclusiones: el presidente Luis Abinader se puso dos cocos y la Alcaldía y los actores sociales deben ponerse las pilas. En ese recodo de la isla, donde duré varios días de vacaciones, vi y oí todo.

Es cierto que esa olvidada provincia sureña tiene muchos encantos, que su Bahía es una hermosura y que el litoral para llegar es de dioses; pero para encaminar el turismo falta encajar algunas piezas. Pero lo importante es que se arrancó.

Abinader se puso los cocos, repito. Lo que no habían hecho sus antecesores, intimidados por los ecologistas y pensando cómo entrarle a la telaraña jurídico que impedía sacarles partido a los atractivos turísticos y mover la economía a favor de la zona. Metió mano con infraestructuras viales y del puerto de Cabo Rojo y viene en camino una vía de llegada a Bahía de las Águilas y el mismo Cabo Rojo con más seguridad y sin hoyos.

La vía que conecta desde la carretera Sánchez está siendo preparada, aplanada, y se puede circular ya con más rapidez para llegar al destino paradisíaco. Hay seguridad, muchas patrullas de la Policía y POLITUR circulando entre Cabo Rojo y Bahía en protección de turistas nacionales y extranjeros.

Las cadenas internacionales de hoteles se construyen lejos del impacto ecológico. El puerto de Cabo Rojo, con sus atardeceres preciosos, dejó de ser hospedaje de barcos raídos.

En mi estadía de varios días en ese paraíso de Dios alcancé a ver el primer crucero llegado este año a la costa. Me emocioné, lo juro. Las autoridades proyectan que la zona recibirá 250 mil turistas cruceristas este año, un número fantástico.

¿Qué hace falta, pienso? Que la alcaldía local debe abrazar más el desarrollo y disponer la limpieza de los lugares atractivos, como Pozos de Romeo, que están llenos de basura; señalización adecuada para llegar a lomas de Aceitillar, la vieja mina de la Alcoa y El Hoyo de Pelempito, entre otros. Hasta el nefasto muro fronterizo puede ser un atractivo turístico.

Pienso también que debe emprenderse una campaña para que los ciudadanos y sociedad civil atesoren el despertar turístico y lo que viene.

Por la parte del comercio, deben aguantar la mano con los precios: en cualquier fonda te cobran más caro que en restaurante de lujo de la capital y cualquier casa, apartamento u hotelito pide mucho dinero por dormir en lugares a veces insalubres.

Ponen los precios al ojo. Conversé con una señora y me dijo tenía en venta su casa de dos niveles en 40 millones de pesos. Ni un apartamento capitalino de torre en zona exclusiva vale eso. Como ella, muchos se han vuelto locos. Sólo ven dólares, dinero, pesos.

Que se ponga a tono la ciudadanía que lo que viene es grande y sacará de la pobreza a esa provincia apartada del sur, donde para llegar se necesitan al menos 6 horas.

Antes de concluir invito a ver unos videos que produje y están colgados en mi cuenta de Instagram @eldivodelasalud

Que Abinader y el ministro de Turismo, David Collado, no se dejen amedrentar por las voces negativas y sigan adelante. Esa comunidad de gente noble se merece salir a camino.



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