Cleveland confía que llegó la hora de ganar un título
Cleveland.-Desde lo alto, en el centro de la ciudad, no hay muchas evidencias visibles de la sequía de títulos que aqueja a Cleveland desde hace 51 años en el deporte profesional. Se trata de la peor racha de su tipo.
Los peatones atestan las aceras. Todos parecen llevar una prenda de los Browns, Indios o Cavs. Desde luego, es común ver camisetas de LeBron James.
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Es una Cleveland nueva y refulgente. Dista de la ciudad alguna vez apodada “El error en el lago”.
Los cambios son más que cosméticos. Está despertando una nueva actitud entre los aficionados de Cleveland, escépticos e irónicos, quienes suelen confiar en lo mejor, esperar lo peor y sufrir momentos deportivos dolorosos.
LeBron James anunció en un programa especial de TV su decisión de abandonar a los Cavs en 2010 para buscar un título con el Heat de Miami.
James consiguió su objetivo, pero volvió a Cleveland y ahora busca cambiar la historia. Y aunque los Cavs han perdido por lesiones a los astros Kevin Love y Kyrie Irving, el talento de James se ha combinado con aportes inesperados de Matthew Dellavedova y Timofey Mozgov para colocar a los Cavs a tres victorias del título de la NBA.
Con el liderazgo del ídolo de la cercana Akron, Cleveland está 1-1 los Warriors, de cara al tercer partido hoy por la noche.
Destino ganador
“No sólo nos estamos convirtiendo en un destino para la gente, sino que potencialmente somos un equipo campeón”, dijo Laura Kubinski, directora de operaciones de Cleveland Clothing Company, una tienda céntrica. Es nuestro momento. Es el momento de que Cleveland gane un maldito campeonato”.
Desde 1964, cuando los Browns ganaron el título de la NFL, los tres equipos actuales de la ciudad, así como un club de hockey sobre hielo que se fusionó con Minnesota en 1978 han completado 143 temporadas sin que uno solo se corone. Todos los lugareños tienen una historia de decepción que contar en relación con el deporte.
Siempre algo se interpone entre los equipos de la ciudad y el triunfo. El béisbol ha deparado también historias que rompen el corazón.
En 1997, las botellas de champaña y el trofeo de la Serie Mundial estaban ya en los vestuarios de los Indios. Se retiraron de ahí cuando el relevista dominicano José Mesa no consiguió el salvamento en el séptimo juego.
Esta sequía se ha grabado en la psique colectiva de los ciudadanos.
Llegó la esperanza
“Es como parte del ADN del habitante de Cleveland. He pasado por esto en 38 años’”, dijo Nathan Zaremba, luego de comprar una gorra de los Cavaliers para su hijo Milo, de 6 años. “En Cleveland nunca tenemos esperanza, pero sí confiamos. Estamos más cerca que antes, tenemos a LeBron y estamos confiados en la victoria”.
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