Si algo es cierto es que, sin importar cuánto tratemos de evitar el estrés, siempre lo tendremos en mayor o menor medida. Lo que sí es cierto es que podemos reducirlo.
Si bien en el pasado he trabajado sobre este mismo tema, hoy quiero traer algunos puntos a solicitud de algunos lectores.
He aquí algunos consejos que a muchas personas le funcionan: aprende a decir no a aquellas cosas que no necesita o no quieres hacer.
Con solo detenerte por un momento antes de responder si, puedes hacer una mejor evaluación de la situación y determinar si quiere o no hacer eso que ahora mismo te estas viendo presionado a hacer. Si luego de pensarlo por un momento ves que no quieres o no deseas hacerlo solo di: “NO”.
Si le estás diciendo no a otra persona, recuerda los modales y hazlo con cortesía.
Otra buena recomendación es estar organizado para controlar tu tiempo y dinero. El orden en tu ambiente físico, laboral y del hogar también contribuyen a que estés más relajado porque te será más fácil encontrar cada cosa.
Organiza tu tiempo para evitar las prisas. Haz planes anticipadamente.
Lleva una agenda para que no olvides tus compromisos. Este recurso es muy eficaz cuando programas metas.
En lo relativo a las metas y el estrés, procura romper una meta grande y crear metas pequeñas para que no te intimiden. Por ejemplo, si tu objetivo es perder 20 libras programa perder entre una o dos libras por semana y de ese modo irás viendo los resultados inmediatos y estarás más animado y no estresado.
Cuida de tu cuerpo y mente como clave para poder lidiar mejor con situaciones estresantes.