Claudio Paolillo

Claudio Paolillo

Claudio Paolillo

Dr. Rafael Molina Morillo, director de El Día.

Mientras ejercí por cinco años la presidencia de la Comisión de Libertad de Prensa, de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), hube de chocar más de una vez con algunos de mis propios colegas y amigos que, por una u otra razón, diferían conmigo en la forma de dirigir los debates internos de la citada entidad.

Una de esas discrepancias –lo recuerdo como ahora- tuvo lugar con un joven periodista que acababa de estrenarse en la SIP como representante del periódico uruguayo “Búsqueda”, llamado Claudio Paolillo. Con el tiempo, identificados por nuestra causa común en defensa de la libertad de expresión, floreció entre ambos una firme y sincera amistad.

Hoy, en vísperas de la asamblea anual de la SIP que tendrá efecto en México, recibí la siguiente carta del amigo Paolillo, que se explica por sí sola y que reproduzco como reconocimiento y homenaje a su valentía y su integridad:
“Por primera vez en 12 años –ha escrito a sus compañeros de la SIP- no podré asistir a nuestra asamblea anual de los próximos días en México.

Hace 40 días tenía todo listo para participar una vez más con todo el entusiasmo en esta reunión. Sin embargo, lamento comunicarles que me veo obligado a hacer un alto en el camino.

Sorpresiva e inesperadamente, luego de un análisis médico, me diagnosticaron cáncer en el páncreas y en el hígado.

“Ya empecé la batalla para vencerlo. Estoy entero mental, espiritual y anímicamente. Las sesiones de quimioterapia me bajan un poco la resistencia física, pero eso es lo normal en estos casos y, lo más importante, es que tengo la convicción de que le voy a ganar.

“La SIP es una gran institución que me ha dado la oportunidad de luchar por un valor que defiendo desde que tengo uso de razón: la libertad de expresión.

Durante los últimos cuatro años, he sido honrado por cuatro distintos presidentes para dirigir la importante Comisión de Libertad de Prensa e Información. Agradeceré siempre esa distinción y espero haberlo hecho a satisfacción de ustedes.

“Ahora tengo que encarar esta otra lucha. Tengo todo el apoyo de mi familia, de mis amigos y de “Búsqueda”, el periódico que dirijo. Además, los que me conocen bien saben que soy un peleador incansable y que si me toca perder esta batalla, no será por falta de entereza.

Pero no la voy a perder. Y en cualquier momento me tendrán por ahí junto con ustedes, para redoblar la defensa de esa libertad tan preciada y, al mismo tiempo, siempre tan amenazada.
“Estoy seguro de que en México habrá, una vez más, una feliz y productiva asamblea. Les deseo lo mejor a todos. Hasta pronto”.

Sin mayores comentarios. La carta de Paolillo ahoga todas las palabras que tratan inútilmente de salir del corazón.



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