Alexis Rafael Peña.
Desde hace varios años vengo observando el comportamiento de nuestra clase media en lo referente en cómo estos solucionan sus conflictos (lo evaden o los enfrentan), pero lo que más llama la atención es como estos se comportan ante los mismos.
Las personas expertas en sociología, psicología, en las aéreas de sociales y economías; difieren sobre la clase media, ya que algunos consideran que en la mayoría de los casos las riquezas de los pueblos descansan en estas y a mi parecer los conflictos sociales e interpersonales, varios de ellos también.
Todos y todas reconocemos que la clase media es la que produce riqueza y a la vez la que posee mayores oportunidades en capacitación por competencias y sobre todo cuentan en su mayoría con titulación universitaria alta.
A la vez la clase media posee como la llama el más alto de los dominicanos, profesor Juan Bosch, vicios desde sus orígenes que en la actualidad no ha superado y que muchos de los hechos que ocurren en la sociedad dominicana radica en esas deficiencias de origen.
Los conflictos no están ajenos a esa realidad. Esa clase social no sabe cómo resolver conflictos consensuados y a la vez tiende enfrentarlos con medios tradicionales, es decir, el juicio y en raras ocasiones vía el arbitraje. Método de resolución de conflictos usual entre empresarios, comerciantes, industriales, etc.
A mi humilde entender, dicha clase social tiene serias deficiencias y las mismas poseen un comportamiento de relaciones sociales antipático. Digo esto, porque esas personas con excepciones, no suelen saludar, compartir, hacer amigos (en residenciales, condominios, etc.), asistir a reuniones de su entorno, pero sí en lo referente a lo político, empresarial y académico. Le huyen a las relaciones interpersonales y a las relaciones humanas. Como decía Monseñor Francisco José Arnaiz, esa gente se muestra fuera de la realidad.
Haciendo diferencias de clase, desde esta humilde posición, la clase de bajo recursos económicos y hasta más abajo, posee cualidades de dialogo, relaciones armoniosas y de apertura hacia solución de conflictos por la mediación o el dialogo. Son estas últimas las que utilizan los servicios de mediación con la mayor frecuencia para solucionar conflictos amigable y a bajo costo económico.
Ambas clase sociales responden a intereses diversos y a conflictos diversos. Diría el Padre Cela, es que ambas tienen oportunidades sociales diferentes y por tales razones acogen o rechazan métodos alternativos para solucionar sus conflictos.
Exhorto a la clase media a asumir posturas razonables y con sus hijos e hijas practicar niveles de tolerancia, de relaciones humanas en su entorno; con dichas acciones promoverían una cultura de paz y de convivencia.
Al ocurrir cambios en la clase media, podríamos contar con un país diferente. Vamos a hacer personas con las personas, es decir, con su vecino, chofer, vigilante, cuidadora de niño/as u otros.
