“Cacú, un cambio por la vida”, posee un espíritu social mayoritario que trasciende su propia denominación documental; los marginados tienen sobradas razones para seguir envileciéndose con el medioambiente, matando indiscriminadamente porque los de arriba apretaron por años y años la tuerca de la expoliación integral que otorga un poder de ribetes feudales. Como Diderot más o menos decía, cada esclavo tiene su propio perro a quien subyugar. Hipócritas, exigen orden cuando dan palo y hurto.
Marvin del Cid- fotoperiodista, editor guatemalteco aplatanado- tuvo la paciencia que exige el género documental de rodar por varios años la redención de unos pescadores sorteando obstáculos burocráticos mezquinos, prejuicio de clases y hasta una irreparable pérdida. Homero encallado en playa Manresa.
Más allá de su adecuado pulso narrativo (sobresaliente universo sonoro y el uso de la música que acentúan nuestra cualidad bullanguera, a veces con tino, otras por pura inasibilidad), la magia de este filme reside en su vocación resiliente: la mejor forma de proteger a especies como las tortugas que desovan en esta media isla de quienes las cazan y comercializan, es entender la dura realidad de estos hombres y acompañarlos, concienciarlos y ofrecerles soluciones.
Este filme no solo ha fabricado sueños, ha propiciado un cambio a favor de la preservación. Ha transformado vidas positivamente. Y eso no es poco. El Cine también es arma de bien.
“Cacú: Un cambio por la vida“
Dirección y Guión: Marvin del Cid.
Género: Documental. República Dominicana. 2019.
Duración: 1 hora y 19 minutos.