Para algunos, perder su teléfono móvil puede convertirse en una verdadera tragedia.
Sin embargo, no siempre se lo trata con demasiado afecto. Más bien se espera que sean como juguetes de niños: resistente a los golpes, el agua, el calor, a los propios niños y al uso sin descanso.
Pero no son. Y estos son algunos de los errores más comunes que pueden terminar acabando con él.
1. No apagarlo nunca
Sí, el celular es para que te encuentren fácilmente. Pero también se agota.
Dicen especialistas que hay dos buenas razones para apagarlo de tanto en tanto:extender la vida de la batería y reiniciarlo, como harías con tu computadora.
Lo primero es más controversial.
Hay varias escuelas de pensamiento en materia de manejo de batería de teléfonos: una que dice que apagarlo es lo sensato y otra que habla de que eso no hace una diferencia digna del «esfuerzo».
En cuanto a lo segundo, se trata interrumpir procesos que están corriendo en el fondo y ponerle freno a «filtraciones de memoria», esas apps que van ocupando espacio y comiendo baterías si no se sale de ellas apropiadamente.
2. No usar protección para virus y malware
Los teléfonos inteligentes también son blanco de ataques maliciosos, a través de virus y malware.
Si tienes un Android, varias aplicaciones, como Lookout, Avast o TrustGo pueden ayudarte a mantener tu celular fuera del alcance de estos programas o a eliminarlos.
No hay tal cosa en el caso de los iPhones. Apple se encarga de distribuir parches de seguridad cuando detecta una posible amenaza. Así que es cosa de mantener tu sistema actualizado.
Algunos expertos desaconsejan los antivirus en los teléfonos, por el espacio que ocupan y la forma como pueden ralentizar su operación.
Es cuestión de medir el riesgo contra el beneficio.
3. No limpiarlo por dentro y por fuera
Si sigues este consejo, ganas tú y el teléfono.
Limpiarlo por fuera, con un paño de microfibra y sin usar líquidos, permite eliminar bacterias que se acumulan en el manoseado aparato y reducir el riesgo de que contraigas enfermedades.
Limpiarlo por dentro significa eliminar esos archivos ocultos que no hacen sino ocupar espacio.
De nuevo, hay dos consejos contradictorios: algunos recomiendan usar una aplicación de limpieza, como CleanMaster o TapCleaner, y otros creen que la mejor ruta es la administración o borrado manual de todo aquello que no sirve o no usas.
4. Exponerlo a los elementos
La clave es conocer el grado de protección IP (Ingress Protection en inglés) de tu teléfono, que indica la resistencia del aparato no sólo al agua, sino también al polvo.
Entre más alto, más resistente.
Y aunque los teléfonos que resisten la lluvia son mucho más comunes hoy de lo que fueron hasta hace poco, para la mayoría de los modelos la idea de usarlo para tomar fotos bajo el agua de la piscina no parece muy sensata.
Dos de los modelos actuales que supuestamente resistirían la prueba -el Samsung Galaxy S7 y el iPhone 6- sufrieron daños en una evaluación independiente llevada a cabo este año por SquareTrade, un proveedor de garantías para equipos electrónicos en Reino Unido.
En cuanto al calor, hay un consenso generalizado en que no es una buena idea dejar tu teléfono cocinándose bajo el sol, bien sea en la playa, en el desierto o dentro de tu automóvil estacionado.
5. Llevarlo en el bolsillo
Este algo que desaconseja el simple sentido común; y sin embargo, parece inevitable.
No sólo lo expones a una alta probabilidad de caer al piso, al inodoro u otras superficies inapropiadas, sino que de acuerdo con algunas investigaciones, puede representar riesgos para la salud derivados de la radiación que estos emiten.
Por esta razón, el manual de varios modelos de iPhone, incluido el 6, recomiendan no colocarlo en el bolsillo del pantalón.