SANTO DOMINGO.-Nacer y crecer sintiendo el amor y la protección de mamá y papá es una dicha y una responsabilidad que se le niega a cientos de niños que son abandonados a su suerte por sus padres o tutores en distintos puntos del país, atentando contra su estabilidad emocional y salud mental.
Con esta experiencia a cuesta crece el pequeño David (nombre ficticio), quien con apenas 46 días de nacido fue dejado en el hospital provincial Francisco Gonzalvo, en La Romana, hace siete años.
El niño llegó al centro en brazos de su madre, la cual no se identificó, pero aparentaba sufrir ataques de ansiedad fruto de una crisis post parto. Luego de ser medicada por el personal de turno se escapó en un descuido, dejando abandonado a su pequeño hijo.
Tras varios días sin que aquella mujer regresara por su bebé, el personal de atención al usuario del hospital presentó el caso y entregó el menor ante el Consejo Nacional de la Niñez y la Adolescencia (Conani), entidad gubernamental responsable de proteger a los niños en esas condiciones.
La institución procedió a investigar el paradero de la madre, pero a la fecha nunca reclamó a su vástago ni se supo nada de ella.
Cifras de abandono
El abandono infantil en el país se practica con más frecuencia de lo que se imagina, el cual se origina, en la mayoría de los casos, por la falta de sentido de responsabilidad de muchos padres, según afirma la especialista en abuso y maltrato infantil, Ana García.
Desde 2018 al 31 de octubre de 2019, en promedio 11 niños por mes fueron dejados a su suerte por sus padres en distintos puntos del país.
En ese período, el Conani recibió 268 menores en condición de abandono, los cuales suman un total de 737 niños que la entidad atendió en sus siete Hogares de Paso a nivel nacional.
En 2018, los tribunales de Niños, Niñas y Familias declararon legalmente en estado de abandono a 122 menores que nunca fueron reclamados por sus familiares.
Los hospitales son los lugares donde reportan mayor número de recién nacidos abandonados con 23 casos registrados en dos años.
Traumas psicológicos
Este drama social afecta la salud mental de los infantes, generando traumas psicológicos, explicó Ana García.
Señala que aunque estos crezcan sin enterarse de su realidad, de alguna manera eso se refleja en su adultez.
Por ello, tanto García como Leisy Luna, encargada de Psicología del Área de Adopciones del Conani, coincidieron en que lo más saludable es que los afectados sepan lo que sucedió desde que tengan conciencia, ya que pueden ocurrir repercusiones psicológicas en el futuro.
“En su etapa de adulto corren riesgo de caer en depresiones crónicas con sentimiento de suicidio y de no pertenencia al no saber de dónde viene ni quiénes son sus familiares”, dijo García.
Además, indicó que pueden experimentar altos niveles de ansiedad por la necesidad imperiosa de conocer su origen.
García dijo que de no ser tratados oportunamente, podrían presentar un manejo inadecuado de los afectos, perdiendo la capacidad espontánea de interactuar hasta con sus propios hijos.
Bajo niveles cognitivos
En el caso de David, quien fue tratado por Leisy Luna, psicóloga del Conani, en principio era un niño retraído y no compartía con los demás. Sin embargo, con las intervenciones profesionales logró estabilizarse y hoy, a sus siete años, está bajo la protección de una familia adoptiva.
Luna afirmó que estas características son típicas en ellos, los cuales también presentan niveles de aprendizaje por debajo de lo normal fruto del vacío emocional generado por la falta de padres.
Protocolo de actuación
A parte de los hospitales, los niños también suelen ser abandonados en iglesias, cementerios, zafacones y paradas de autobuses.
La encargada de Programas y Servicios Sociales del Conani, Natalia Asmar, precisó que regularmente las denuncias llegan del Ministerio Público o reciben la alerta vía telefónica.
Explica que, luego de la alerta, inician un levantamiento de información partiendo del punto donde fue dejado el niño, a fin de intentar dar con el paradero del tutor.
Dicho proceso puede durar de dos a tres meses antes de apoderar el expediente al Tribunal de Niños para la declaración legal de abandono, pues en algunos casos los niños vuelven a su hogar.
Atención
Durante ese tiempo, el niño entra en el sistema de protección de Conani para recibir chequeos médicos, fisioterapia, escolaridad, alimentación y terapias psicológicas.
En los niños mayores de siete años se aplica una terapia de intervención en crisis para estabilizarlos emocionalmente y ayudarlos a su adaptación.
Proceso legal
El objetivo principal del Conani es garantizar que el niño pueda vivir en familia en el menor tiempo posible. Para ello inician un proceso legal que consiste primero en obtener el acta de nacimiento, luego la declaración de estado de abandono y, finalmente, el acta de suspensión parental, a fin de desvincular oficialmente al niño de lazos familiares, según explica Giovanni Hernández, encargado del Departamento de Adopciones.
Agregó que el proceso puede demorarse hasta dos años y medio, pero una vez terminado el niño es incluido en la lista de espera de adopciones.
Adopciones
En cuanto a las adopciones, Conani recibe cada año entre 150 y 160 solicitudes. Las mismas incluyen a postulantes por afiliación desconocidas, que son parejas que no conocen al niño y adopción por convivencia previa que son aquellos que desean regularizar la paternidad con el infante.
El 30% de las solicitudes son de extranjeros y el 70% local, siendo España el país que predomina y también el que muestra mayor apertura para adoptar niños con condiciones especiales.
Conani previene abandonos
Labor. El Conani y el Servicio Nacional de Salud convinieron una estrategia de prevención de abandono de niños en los hospitales, consistente en la detección de señales en una madre con potencial inclinación a la práctica durante la atención primaria de su embarazo.
Según Giovanni Hernández, encargado de Adopciones del Conani, la medida busca orientar a las embarazadas, pero en caso de persistir en su decisión colaborar para que hagan la entrega voluntaria del niño, a fin de evitar que permanezca tanto tiempo sin la protección de una familia.
“Un niño que es entregado de manera voluntaria al Conani, tal cual lo establece el Código de Protección de los Derechos de los Niños, no tarda ni siquiera cuatro meses para vivir en familia”, explicó Hernández.