Panamá.- En el bosque de la reserva privada Cerro Chucantí, en el Darién de Panamá, una familia de monos araña negros (Ateles fusciceps rufiventris) se divierte en los árboles mientras come. Esta es una estampa habitual en esta zona de alta biodiversidad, aunque la especie Ateles fusciceps está entre las más amenazadas del planeta.
“No hay ningún lugar en el mundo donde se pueda ver tan fácil y en una buena población como se ve aquí” la Ateles fusciceps, que “se encuentra en el top 25 de primates en mayor peligro en el mundo. Entonces es una especie de interés de conservación. Eso es impresionante”, dijo el investigador panameño Josué Ortega durante una visita de EFE a la reserva.
Debido a la cacería de subsistencia insostenible, la fragmentación constante de su hábitat y el tráfico ilegal para mascota, la especie Ateles fusciceps se encuentra entre los 25 primates más amenazados del mundo, según el Grupo de Especialistas en Primates de la Comisión de Supervivencia de Especies de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (GEPN-IUCN).
Y el mono araña negro del Darién, una especie de primate endémica de Panamá y Colombia, fue declarado en Peligro Crítico de Extinción en la lista de Especies Amenazadas del Ministerio de Ambiente de Panamá en el 2016.
Pero en el Cerro Chucantí, “la cacería no es un problema grande”. Lo que más amenaza el lugar es la deforestación y la tala ilegal, pero en los últimos años “se ha duplicado” el tamaño de la reserva para proteger la zona, explicó el investigador.
Una reserva con una biodiversidad “abrumadora”
Ortega, investigador del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés), con sede en Panamá, y del alemán Instituto Max Planck de Comportamiento Animal, tiene ya seis años en la reserva Cerro Chucantí encargado del monitoreo de mamíferos terrestres.
En esta reserva privada, de unas 800 hectáreas, están también “las seis especies de felinos registrados para Panamá”, entre los que se incluye el puma, el jaguar y el ocelote, y “no cualquier lugar de Mesoamérica puede darse el lujo de decirlo”.
“Tenemos una cadena de depredadores muy completa en Chucantí y eso te dice que el bosque está saludable (…) es un lugar especial. La biodiversidad que se encuentra en este sitio es abrumadora. Siempre hay nuevas especies para la ciencia: un nuevo insecto, una nueva planta, un nuevo caracol, cualquier cosa. Nunca deja de sorprenderme”, dijo Ortega.
Esto habla además del “trabajo en ciencia” que desarrolla la Asociación Adopta Bosque Panamá, responsable de la reserva – que nació en el 2003 con solo 42 hectáreas – y de la que Ortega es investigador asociado.
En el área de reserva hay más de 40 cámaras trampa, veinte en el dosel – la capa de ramas y hojas formada por las copas de árboles vecinos – y las otras en el sotobosque – la variedad de vegetación que crece en las zonas más cercanas al suelo -, explicó Ortega
La idea es recoger data que permita entender “la dinámica” de este bosque neotropical, agregó.
Decenas de nuevas especies descubiertas en Panamá
El biólogo Guido Berguido, director ejecutivo de la Asociación Adopta Bosque Panamá dijo a EFE que “más de 60 especies que no se conocían en la ciencia, se han descubierto” desde que esta se creó hace casi dos décadas.
“Y lo más interesante es que casi la mayoría de estas 60 especies de plantas, animales y hongos son endémicas, no se encuentran en ningún otro lugar en el planeta”, afirmó.
Tanto Berguido como el biólogo Ángel Romero, investigador asociado de Adopta Bosque Panamá, hicieron énfasis en que las especies que se han descrito solo se encuentran en una pequeña área de la cima del cerro Chucantí, no en toda la reserva ni menos en toda la montaña, que abarca miles de hectáreas y se eleva hasta los 1.439 metros sobre el nivel del mar, la cima más alta de la Serranía de Majé.
“La gran mayoría de estas especies endémicas se encuentran solamente en la muy angosta franja altitudinal que va de los 1.200 a los 1.400 metros, lo cual indica una gran fragilidad. En un área máxima de 5 kilómetros cuadrados está la población entera de esas especies”, dijo Berguido.
De las 60 especies descubiertas, ya se han descrito 22 y otras 4 están en proceso. Una de ella es la rana de Greta Thunberg (Pristimantis gretathunbergae sp. nov.) que pertenece al grupo de ranas de lluvia (rainfrogs) del género Pristimantis, Familia Strabomantidae, recordó Romero.