El diputado Fidelio Despradel hizo lo que hace tiempo debieron haber hecho “motu proprio” todos sus colegas legisladores. ¡Bien hecho! ¡Bravo! !Felicitaciones!
Con su anunciada renuncia a aceptar la incalificable exoneración de impuestos con que los diputados dominicanos se han beneficiado a sí mismos, Despradel se destaca como clase aparte, haciéndose acreedor del respeto nacional.
No hacen falta más palabras para expresar el respeto y la admiración que concita la digna conducta de este legislador. ¿No habrá otros que le imiten?