China ha enviado cohetes al espacio, producido millones de celulares inteligentes y construido trenes de alta velocidad. Pero hasta ahora, lleva enorme retraso en una industria más pequeña: la del bolígrafo.
Hace un año, el primer ministro, Li Keqiang, apareció en televisión nacional lamentando el fracaso de su país para producir una versión de buena calidad de este simple utensilio.
Los bolígrafos locales se sentían «ásperos» en comparación con los fabricados en Alemania, Suiza y Japón, se quejó el funcionario.
Alta precisión
El problema no está en el cuerpo del objeto, sino en la punta, la pequeña bolita que dispensa tinta al escribir.
Podría ser algo que damos por sentado, pero fabricar esas bolitas requiere de maquinaria de alta precisión y de placas de acero muy sólidas y ultra delgadas.
En pocas palabras, el acero chino no ha sido lo suficientemente bueno. Y es por ello que el país lucha para darles la forma adecuada a las puntas de los bolígrafos.
Sin esa habilidad, los 3.000 fabricantes chinos de plumas han tenido que importar este crucial componente, lo que le ha costado a la industria alrededor de 120 millones de yuanes al año (US$17,3 millones).
Pero según el diario local People’s Daily, la empresa estatal de acero y hierro Taiyuan Iron and Steel Co cree que ha encontrado la fórmula para enmendar el problema, después de cinco años de investigación.
El primer lote de puntas de bolígrafo de 2,3 milímetros salió recientemente de sus líneas de producción, señaló la publicación.
Y una vez que se completen las pruebas de laboratorio, se espera que China pueda dejar de importar este componente en los próximos dos años.
Simbólico
En realidad, no es de enorme importancia que China sea capaz de elaborar un bolígrafo fantástico.
La fabricación innovadora y de alta tecnología reside en el corazón del programa central gubernamental «Made in China 2025», diseñado para impulsar el crecimiento interno.
Los utensilios relativamente bajos en valor, como las puntas de bolígrafo, no han sido una prioridad.
Pero el enigma de la pluma tiene un carácter simbólico.
A pesar de producir más de la mitad del hierro y acero crudo en el mundo, China sigue dependiendo en gran medida de las importaciones de acero de alta calidad.
Lo del bolígrafo fue un fracaso que, según el primer ministro, resaltó la necesidad de mejorar las capacidades de manufactura de China.
Ingeniería de precisión
«Históricamente, China nunca ha sido capaz de hacer ingeniería de precisión y la punta de las plumas es un ejemplo de eso», dijo el profesor George Huang, quien encabeza el departamento de ingeniería mecánica e industrial de la Universidad de Hong Kong.
«Sus partes son muy pequeñas y precisas, y no es sencillo resolver este problema».
La ingeniería de precisión está despegando solo en ciertos sectores, como el aeroespacial y el de defensa, de alta prioridad para el gobierno, señaló Huang.
Incluso cuando se trata de celulares y computadoras, los chips de alta gama usualmente se importan de Japón y Taiwán.
Huang dijo que a China le hace falta una cultura de excelencia en ingeniería de precisión.
Utilizó el término en mandarín «fucao» o «hierba flotante», refiriéndose a algo que no es 100% sólido o confiable.
«La cultura es diferente de la japonesa o de la alemana», añadió sobre los países conocidos por innovar en ingeniería.
«Nosotros los chinos supuestamente deberíamos ser artesanos, pero de algún modo el espíritu no es tan bueno».