Santiago de Chile.- El recién asumido Canciller chileno, Alberto van Klaveren, afirmó que “hay iniciativas de carácter internacional” respecto a la crisis migratoria que vive el continente y en particular Chile, cuya frontera norte ha sido atravesada por continuas oleadas de migrantes irregulares que huyen de la represión y la pobreza.
Para contener esta situación, el Gobierno chileno implementó hace semanas un despliegue militar por 90 días en la frontera norte, específicamente en las regiones de Arica y Parinacota, Antofagasta y Tarapacá -puntos críticos en las líneas fonterizas con Perú y Bolivia-, en un operativo que suma miles de controles y decenas de detenciones.
Durante los últimos años, decenas de personas han fallecido intentando ingresar a Chile por rutas clandestinas en el altiplano, una zona inclemente que alcanza altas temperaturas en el día y por las noches baja de los 0º celsius.
Colchane, pequeña población situada en el región de Tarapacá, en el altiplano, a más de 3.500 metros de altitud, es uno de los núcleos principales de la migración irregular en Suramérica, en particular la puerta de entrada a Chile de extranjeros, en su mayoría colombianos, venezolanos y haitianos.
Estos peligrosos pasos siguen formando la principal ruta de ingreso irregular a Chile, que pese a la pandemia y la crisis social de 2019 sigue siendo uno de los países más atractivos para migrar dentro de América Latina por su estabilidad política y económica.
Hay 1,4 millones de migrantes en el país latinoamericano.
La migración a Chile
— Numerosos
En total hay 1,4 millones de migrantes en el país latinoamericano, lo que equivale a más del 7 % de la población, y los venezolanos son los más numerosos, seguidos de migrantes procedentes de Perú, Haití y Colombia.