Chile decidió este domingo rechazar ampliamente la propuesta de una nueva Constitución.
Con el 88% de las mesas escrutadas, el «rechazo» tiene casi un 62% de votos por el 38% del «apruebo».
La victoria del «rechazo» es vista ya como irreversible y mantiene abierto el proceso de cambio constitucional que se presentó como solución para resolver las tensiones del estallido social de 2019.
Tras aprobar redactar una nueva Constitución (en 2020) y elegir a los miembros de la Convención para escribirla (en 2021), el país decidió finalmente a través de un plebiscito obligatorio este domingo rechazar la Carta Magna propuesta.
El resultado de la Convención, compuesta de forma paritaria por mujeres y hombres, fue un texto que consta de 178 páginas, 388 artículos y 54 normas transitorias que fue ampliamente rechazado.
Conforme fue trabajando la Convención y tras conocerse el texto propuesto se agudizó la división en el país, que en 2020 votó por una abrumadora mayoría de casi el 80% por cambiar la Constitución de 1980, solución que nació como respuesta al estallido social de 2019.
La coalición de gobierno que lidera el presidente Gabriel Boric había propuesto cambios incluso si la Constitución se aprobaba, en un intento de mitigar los miedos de los partidarios del «rechazo» ante ciertas propuestas del texto que veían como «radicales».
Boric, que defendía el «apruebo», convocó para este lunes a todos los partidos para dar continuidad al «proceso constituyente».
«Puedo garantizar que nuestra voluntad y nuestra acción, independiente de cual sea el resultado, será convocar a una amplia unidad nacional de todos los sectores», dijo Boric, elegido como presidente en diciembre de 2021, al votar la mañana del domingo.
Con el triunfo del «rechazo» la Constitución de 1980, escrita durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y reformada de forma parcial en democracia, seguirá vigente pese a que la abrumadora mayoría (casi 80%) votó por su reemplazo.
Se espera ahora que haya algún tipo de acuerdo entre sectores políticos para modificar el texto actual o proponer la redacción de otra nueva versión de Carta Magna.