Al presidente Guzmán unos malandros locales lo enredaron para anunciar que habían descubierto petróleo en cantidad y calidad explotable comercialmente y luego resultó un fraude que enriqueció con especulaciones bursátiles a unos vivos.
La Standard Oil se retiró del país y el famoso petróleo de Charco Largo resultó un gran chasco. A mi abuelo una petrolera estadounidense le enviaba anualmente unos cheques por las regalías de dos pozos en Azua y en otras regiones he visto pruebas de vetas de gas natural.
Quizás creer que hay hidrocarburos en el país es un acto de fe. Pero es una fe débil pues hallarlo es como sacarse la lotería: hay que comprar un billete y este es la exploración que sólo hacen quienes posean concesiones otorgadas por el Estado.
Por eso me alegró leer que el Poder Ejecutivo desea modificar la Ley 4532 de 1956 para facilitar esa búsqueda. Si es para permitir que vengan empresas estatales chinas, a nuestros queridos socios americanos más les vale atender sus cartones…