Es normal que en cada gobierno se sustituyan funcionarios medios y personal administrativo de las instituciones. Primero se van los puestos de más confianza, como el financiero, jurídico y quien esté a cargo del personal. Luego vienen los demás: hay que dar espacio a los compañeritos de la base y a la gente de confianza.
Sin embargo, hay instituciones donde se requiere mayor cuidado que otras por sus características técnicas y por la gran inversión en formación de recursos humanos y el tiempo que tomó.
Esta semana reproducimos informaciones sobre un auténtico “ciclón batatero” que se ha producido en la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (SISALRIL), con un montón de cancelaciones de técnicos sin previa evaluación y de forma hasta apresurada. Esto ha creado malestar y miedos no sólo en los funcionarios y empleados cancelados, sino a nivel del sistema de salud.
Quiero creer (pienso que es así) que el doctor Jesús Feris Iglesias, recién designado como superintendente de Salud y Riesgos Laborales, fue presionado por su partido y el equipo de trabajo que hizo su campaña a la senaduría de la provincia San Pedro de Macorís.
Es el doctor Feris Iglesias un profesional de larga data en las áreas de pediatría, infectología e investigación. Quienes lo conocen o han tenido trato cercano saben que es un caballero en todo el sentido de la palabra y un hombre de ciencia.
Por sus condiciones y su inserción política y profesional, debe detener el mazo que están bajando en SISALRIL para desplazar a profesionales de más de 10 años en esa institución técnica a cargo de velar por las garantías ofrecidas por la Ley 87-01, sobre el sistema de seguridad social.
Que vea expediente por expediente, caso por caso. Y que abra las puertas de SISALRIL a los que tienen reales profesionales y técnicas, pues la institución en la que fue designado por decreto, tras ser escogido en una terna, está a cargo de velar por el equilibrio financiero del sistema de salud y abrir la manta de protección de los usuarios.
Es mi consejo desde fuera.