Santo Domingo.-Los dos directores que ha tenido el Servicio Nacional de Salud (SNS) no han terminado por el camino que manda la ley: uno fue cancelado y el último renuncia.
El legendario merengue “Váyase en paz…” le pega perfectamente al último, pues se irá a casa y ningún fantasma le sacará la lengua por las noches.
Su accionar público fue transparente como los cielos despejados del Himalaya, que cuando se despacha el sol susurran al deshielo y en horas de luz son el haz esperanzador de los escaladores.
Así se va Chanel Rosa Chupany, quizás –o sin quizás- uno de los funcionarios más laboriosos y honestos del moribundo gobierno de Danilo Medina.
Casi nunca usa corbata. No siempre se le veía en chaqueta, esas que se compran en lujosas tiendas nacionales o en la Quinta Avenida a cuenta de suntuosas dietas de funcionarios en ejercicio.
En la posición funcional y ejecutiva que ejerce desde febrero del 2018, cuando asumió el cargo de director ejecutivo del Servicio Nacional de Salud, anda casi siempre con camisa remangada. Así se le veía en pasillos de hospitales a y hasta en reuniones en Palacio con el presidente de la República.
Antes de pisar el SNS su accionar público fue semejante como director del Seguro Nacional de Salud (SENASA): ningún polvo de escándalos y corrupción levantado en la gestión de este economista experto en seguridad social.
Ha viajado con insistencia a todos los recodos del país. Donde quiera que haya un hospital público ahí estaba él y llegaba a esas instalaciones sin aspavientos de funcionario hinchado de poder.
Asumió las riendas de la institución después de durar tres años y medio llevando la antorcha del SENASA con toda la carga administrativa y social que implica ser la cabeza en la aseguradora de salud estatal.
La semana pasada anunció su renuncia, sin esperar a que el nuevo gobernando o una indelicadeza y mal manejo inventado se lo lleve de encuentro. El anuncio de que dejaba el cargo a partir del 16 de agosto lo hizo a través de twitter y Facebook, redes en las que es un “fiebrú”.
Cómo lo sustituirán
Si se hubiera quedado en el cargo, la Ley 123-15 -que creó el SNS- lo amparaba para prolongarse en la posición. El artículo 10 de la legislación, en su párrafo II, establece que el director ejecutivo sólo podrá ser sustituido por recomendación del consejo directivo del SNS, ante evaluaciones de desempeño no favorables.
El mismo artículo manda a que su sustituto escogido de una terna propuesta por el Ministerio de Salud Pública al presidente de la República, previa aprobación del consejo.
Ese mismo artículo menciona que el director ejecutivo de la institución con responsabilidad de administración y funcionamiento de los hospitales de la red pública, estará en la posición por cuatro años. Rosa Chupany sólo tiene dos y cinco meses.
La designación de quien lo sustituirá correrá la suerte del nuevo presidente a partir de agosto, Luis Abinader, de una terna que saldrá desde las entrañas de un nuevo consejo directivo del SNS, que deberá conformarse a raíz de la instalación de las nuevas autoridades nacionales.
El SNS fue creado por la Ley 123-15 del 16 de julio del año 2015.