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Chad Baker-Mazara, la estrella dominicana que conquista la NCAA

Bienvenido Carmona Jr. Por Bienvenido Carmona Jr.

El jugador dominicano Chad Baker-Mazara ha sido una pieza clave para que Auburn llegue a la Final Four, consolidándose como una figura central en la selección número uno del Torneo de la NCAA.

Su historia comienza en Santo Domingo, donde creció enfrentando los retos de un entorno en el que el baloncesto se convirtió en su escape y su pasión. Pero su transición a Estados Unidos no fue fácil, y Baker-Mazara admite que uno de los mayores desafíos fue el idioma.

«Al principio fue muy difícil no poder comunicarme con la gente», confiesa Chad. «Probablemente fue una de las cosas más complicadas que he hecho en mi vida: intentar hablar con alguien y no saber cómo expresar lo que quería decir».

A pesar de haber crecido en un hogar con influencia estadounidense, debido a su padre y su abuelo, la adaptación al inglés fue un proceso arduo. En sus primeros días en Estados Unidos, Baker-Mazara recurría a gestos y a la comunicación no verbal para tratar de hacerse entender. A veces, intentaba decir una palabra en español y modificaba un par de sílabas para que sonara como en inglés, sin saber si era correcto.

Con el tiempo, su perseverancia y dedicación al aprendizaje del idioma dieron frutos. Hoy, Chad es completamente fluido en inglés, y su liderazgo dentro del equipo va más allá de las jugadas en la cancha. Se ha convertido en una figura inspiradora, capaz de motivar a sus compañeros no solo en inglés, sino también en español, guiándolos con ejercicios de estiramiento y tácticas durante los entrenamientos.

«El baloncesto me ha enseñado mucho sobre la vida», dice Chad con una sonrisa. «Aprendí a no rendirme, a seguir adelante incluso cuando las cosas parecen difíciles. Al igual que en la cancha, fuera de ella también hay que luchar por lo que uno quiere».

El camino de Chad Baker-Mazara es un testimonio de superación, de un joven que, desde sus inicios en la República Dominicana, ha conquistado desafíos y ha logrado destacar entre los mejores, llevando a Auburn a la élite del baloncesto universitario. Ahora, como líder vocal y con una pasión incansable por el deporte, está más preparado que nunca para dejar su huella en el Torneo de la NCAA y demostrar que los sueños, por grandes que sean, se pueden hacer realidad con esfuerzo y determinación.

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Baker-Mazara ha sido titular en 31 partidos para Auburn (32-5) y consiguió su segunda participación en la Final Four.

Auburn se enfrentará a Florida, que venció a Texas Tech por 84-79 en la final de la Región Oeste, en una semifinal de la Conferencia del Sureste el sábado en San Antonio.

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