SANTO DOMINGO.-A una semana de celebrarse la Nochebuena, los cerdos en puya están reapareciendo en distintos puntos del Gran Santo Domingo, incentivando el consumo de esta tradicional carne horneada en asaderos de leña o carbón sobre una base de palo.
Esa modalidad, que le da un toque campestre, y en estos tiempos gourmet, a uno de los platos más apetecibles de la mesa criolla, hace que la gente lo asuma durante toda la temporada y que vendedores como Lechonera Felipe la oferten con antelación, apostándose en camionetas o ambulantes.
“Esta es una tradición vegana, tenemos más de 40 años asando lechones, y aquí en la Anacaona con Luperón estamos desde final de septiembre hasta enero”, comentó Jairo Nolasco, quien desde ya informó que de jueves a domingo venden de 15 a 23 cerdos diarios a RD$600 la libra.
Junto a José Rafael Espinosa dijo que dependiendo del tamaño del cerdo, los más grandes pueden tomar hasta 14 horas girando para cocinarse, y luego lo llevan a comercializar a ese lugar. Cuando se trata de encargos de algún ternerito de 20 libras, a los interesados les puede costar alrededor de doce mil pesos.
En esta ocasión el precio por libra ronda entre los 500, 600 y hasta 750 pesos, dependiendo del lugar, al margen de la guarnición que el cliente desee, ya sea guineítos, yuca, casabe y en algunos casos fritos de batatas o maíz asado.
Aníbal Rosario Camacho, quien tiene su horno en el kilómetro 12 de Haina y se aposta desde las 6:00 a. m. en la calle Principal del Barrio Invi, en el Kilómetro 10 de la Carretera Sánchez, aunque está consciente de que la generalidad vende más caro, prefiere comercializarlo a RD$500 para no retener la venta.
Otra modalidad, es la “caja china”, asumida en Cerdo Titi, en el sector Jesús Maestro, en la avenida Sarasota, quienes condimentan sólo con sal para que la carne conserve su sabor natural, según Milenny Rosado.
Otras áreas en las que inició la venta cerdo es Villa Mella y la Autopista Duarte, que llevan décadas dedicados a esta labor.
Preferencias
— Costillas pierna
El rabito resulta ser un antojo de los clientes; la mayoría priefere costilla o pierna. Clientes como Miguelina Espino dicen que además de bueno, lo compra para simplificarse la vida. El toque de sabor lo pone a veces el oregano.