Santo Domingo.-Estados Unidos elevó al máximo la presión militar, política y judicial contra el régimen de Nicolás Maduro, al que acusa no solo de manipular las elecciones más recientes en Venezuela, sino también de dirigir, según el Departamento de Justicia, el Cartel de los Soles, una de las organizaciones de narcotráfico considerada por las agencias antinarcóticas como una de las más activas en la región del Caribe.
En las últimas semanas, el cerco estadounidense ha tomado una dimensión similar a la que antecedió la invasión a Panamá en 1989, cuando Washington justificó la ofensiva contra Manuel Antonio Noriega señalándolo como un dictador que usaba al Estado panameño para facilitar el narcotráfico y desconocer un resultado electoral que le resultó adverso.
Queja en la OPEP
En una carta enviada a la segunda conferencia ministerial 2025 de la alianza OPEP+, Maduro acusó directamente a Estados Unidos de intentar apropiarse de las reservas petroleras venezolanas, utilizando “fuerza militar letal contra el territorio, el pueblo y las instituciones del país”.
La vicepresidenta Delcy Rodríguez reforzó esta postura al advertir que la “agresión que se gesta con cada vez más fuerza” pone en riesgo los equilibrios del mercado energético global y afecta tanto a los países productores como a los consumidores.
El Gobierno de Maduro aseguró que Venezuela se mantendrá firme en la defensa de sus recursos naturales energéticos y “no sucumbirá a ningún tipo de chantaje o amenaza”.
Además, espera contar con los mejores esfuerzos del secretario general de la OPEP, Haitham Al Ghais, así como con los miembros de la alianza OPEP+, para contribuir a detener la que consideró como una “agresión que se gesta con cada vez más fuerza” y, advirtió, “amenaza seriamente los equilibrios del mercado energético, tanto para los países productores como para los consumidores”.
Desde mediados de agosto, la administración de Donald Trump mantiene un despliegue naval y aéreo de gran escala en el mar Caribe, en áreas próximas a Venezuela. Oficialmente, se trata de una operación antinarcóticos, pero en Caracas y parte de la comunidad internacional es percibida como una maniobra de presión para provocar un cambio de gobierno.
Estados Unidos sostiene que la operación busca impedir que las rutas marítimas del Caribe continúen siendo utilizadas por redes criminales, en particular por el Cartel de los Soles, estructura considerada por EE. UU. como organización terrorista y supuestamente dirigida por Maduro y altos mandos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
Cierre espacio aéreo
Ahora la situación se ha extendido pues acciones dirigidas por la administración Trump en la práctica ha cerrado el espacio aéreo de Venezuela, con la cancelación de todos los vuelos comerciales. Tanto así que los mapas aeronáuticos durante el fin de semana mostraban una intensa actividad en la región, pero sobre Venezuela no se registraba ninguna actividad.
En la tarde de ayer los radares solo llegaron a registrar siete vuelos sobre ese país, de los cuales varios eran de las Fuerzas Aérea Bolivariana.
La autoridad aérea estadounidense recomendó extremar precauciones al sobrevolar Venezuela y el sur del Caribe, lo que generó cancelaciones y cambios en las rutas tradicionales entre Europa y Sudamérica. Air Europa suspendió sus vuelos Madrid–Caracas, e Iberia emitió flexibilizaciones en sus políticas de viaje ante la incertidumbre.
La interrupción del tráfico aéreo afecta un promedio de 15.000 pasajeros semanales.
El espacio aéreo
— Advertencia
Este sábado, el presidente Donald Trump advirtió en un mensaje publicado en su red social Truth que las aerolíneas y los pilotos tengan en cuenta que el espacio aéreo de Venezuela “permanecerá cerrado en su totalidad”.
