Centros veterinarios públicos brillan por su ausencia en el país

Centros veterinarios públicos brillan por su ausencia en el país

Centros veterinarios públicos brillan por su ausencia en el país

Se debe educar sobre lo que implica ser socialmente responsable con los animales.

SANTO DOMINGO.-Con frecuencia se observa en cualquier vía pública un animal atropellado, en estado de descomposición o en condiciones muy deplorables.

Ese panorama se ha vuelto casi normal en las narices de las autoridades y los transeúntes, pero son estos últimos quienes se preguntan ¿a quién se debe llamar o reportarlo?

Es el caso de que algún animal callejero agreda a una persona, como algún perro, por citar un ejemplo frecuente, que ha mordido a alguien en plena vía y han podido capturar al cuadrúpedo y posteriormente no hay un lugar donde acudir para que examinen al animal y descarten cualquier enfermedad y se pueda evaluar, orientar y hasta medicar en caso de requerirlo el individuo agredido.

Promotores

Alexandra Morillo Velástegui, presidenta del Patronato de Protección del Medio Ambiente y los Animales (Papromaan), está entre los promotores de que en el país hayan centros veterinarios públicos.

“Un entorno en el que pululan animalitos enfermos, entre ellos perros y gatos, que son mascotas con las que el ser humano tiene permanente contacto, es un problema social de alto impacto, pues existen enfermedades que son de trasmisión entre especies, incluyendo algunas como las que transmiten las garrapatas”, explica.

Además, continúa Morillo, “esto es observado como un elemento de retraso y poco competitivo en el ambiente de los países que promocionan el turismo responsable.

El mundo y los turistas observan cada vez con mayor interés los países que tienen una relación armoniosa con la naturaleza, por lo que no tener líneas de acción claras sobre estos temas, nos resta competitividad en el mercado global”.

Propuesta

La propuesta que hace la organización es para incentivar y crear la cultura de la tenencia responsable, de acuerdo con los lineamientos de la Ley 248-12, sobre protección animal, donde el Estado es el garante.

Al preguntarle a qué se dedicarían esos centros, puntualiza que a mantener registros de propietarios y realizar seguimiento y monitoreo de su vacunación anual y atenciones periódicas mínimas (por lo menos 2 veces al año), así como educar en la forma de bañarlos y mantenerlos libres de parásitos internos y externos.

También a educar sobre lo que implica ser socialmente responsable con los animales y el impacto positivo para la salud de la familia, además de brindar asistencia pública gratuita para las personas de escasos o nulos recursos para atenciones veterinarias, prevención (como el caso de la desparasitación y vacunación), y esterilización.

De igual forma a brindar servicios veterinarios de bajo costo para rescatistas o personas que tengan un número determinado de mascotas y no cuenten con los recursos suficientes. “Esto se puede hacer, enlazado con el Siuben, y dependiendo de la categoría en que esté clasificada la persona, podría o no tener que pagar”, indica.

Las fundaciones legalmente constituidas y sus voluntarios deberían poder acceder a los servicios de esterilización y vacunación gratuitas o de bajo costo.

Anteproyecto

— Sin respuesta
La fundación presentó un anteproyecto de Reglamento a la Procuraduría General de la República en 2017. Aunque no han tenido respuesta o avances sus directivos siguen intentándolo.