Nueva York.- Un celular de Samsung que fue publicitado como “resistente al agua” en realidad no lo es, aseguró la revista Consumer Reports.
El problema parece estar limitado al modelo Galaxy S7 Active, disponible en Estados Unidos solo a través de la empresa de telefonía AT&T. Los modelos más comunes S7 y S7 Edge también fueron vendidos como resistentes al agua, pero sí pasaron las pruebas.
Consumer Reports, un organismo no lucrativo respetado por sus pruebas de productos, dijo el viernes que no puede recomendar el Active porque a juzgar por las pruebas no cumple con las aseveraciones de Samsung.
Por el otro lado, Consumer Reports calificó los teléfonos S7 y S7 de “excelentes” por su pantalla, vida de batería y cámara.
Maria Rerecich, directora de pruebas electrónicas de Consumer Reports, dijo que se sorprendió de que fallara el Active.
Agregó que las afirmaciones de Samsung suelen ser “aceptables”. Samsung dijo a Consumer Reports que investiga el problema y ha recibido muy pocas quejas.
La compañía comentó a The Associated Press que aunque el Active está hecho para ser uno de los teléfonos más resistentes en el mercado, “podría existir la excepción de que un dispositivo defectuoso no esté tan sellado contra el agua como debería”.
Samsung dijo que todos sus teléfonos S7, incluso el Active, están diseñados para seguir funcionando luego de ser sumergidos a una profundidad de hasta 1,5 metros (5 pies) durante 30 minutos.
Consumer Reports afirmó que después de media hora en el agua, la pantalla del Active destelló verde y otros colores y no respondió al tacto.
Agregó que aparecieron burbujas pequeñas en los lentes de la cámara. Consumer Reports probó otro dispositivo Active y también falló las pruebas.
Rerecich dijo que es probable que los problemas afecten sólo a algunas de las unidades fabricadas, pero “compramos dos y ambas fallaron”.
Los dos celulares fueron comprados por internet. Samsung agregó que el Active soporta caídas de hasta 1,5 metros en una superficie plana, una prueba que no realizó Consumer Reports.
En Estados Unidos, el teléfono Active cuesta 795 dólares, lo mismo que el modelo Edge y 100 dólares más que el S7.