Una vez más, y de forma extraordinaria nos llama nuestra madre la Virgen de la Altagracia, protectora del pueblo dominicano y de todos los que buscan en ella la ternura de Dios expresada en la fe y la humildad.
El llamado de nuestra Reina del cielo se concreto en la convocatoria de la Conferencia del Episcopado Dominicano a la feligresía para participar los días 14 y 15 en las celebraciones conmemorativas de la clausura del Año Jubilar Altagraciano.
En ocasión del centenario de la coronación canónica de Nuestra Señora de la Altagracia, se celebrará una gran concentración el día 15 en el Estadio Olímpico a partir de las 8 de la mañana.
A través de una rueda de prensa convocada recientemente, monseñor José Dolores Grullón Estrella, obispo emérito de San Juan de la Maguana y presidente de la Comisión Nacional Organizadora del Centenario, explicó que la imagen original de la Virgen de la Altagracia será trasladada desde la Basílica de Higüey durante un recorrido que finalizará en el Estadio Olímpico, donde se realizarán varios actos que concluirán con una solemne Eucaristía presidida por el enviado especial del Papa Francisco, mons. Edgar Peña Parra, sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, y concelebrada por los obispos dominicanos, invitados internacionales y sacerdotes del país.
Previo a este encuentro se llevará a cabo un acto patriótico en la Puerta del Conde con la participación de autoridades gubernamentales, legislativas y municipales, donde hace 100 años se realizó la coronación de la Virgen. Anterior a esta actividad se rezará el rosario de la aurora en el Santuario Nuestra Señora de la Altagracia de la Ciudad Colonial, templo construido en 1922 como recuerdo de la coronación.
Es una gran alegría para los dominicanos y para el mundo que, como recuerdo del Centenario, se inaugure en el país el “Camino Altagraciano”, que similar al “Camino de Santiago”, permitirá a los devotos de nuestra Madre caminar sendas en lugares emblemáticos para los católicos.
Que la clausura de Año Jubilar renueve la fe, la esperanza y la paz en República Dominicana. Que sigamos la exhortación del Papa Francisco de cuidar y fortalecer, con el ejemplo y la intercesión de la Virgen María, el amor por Jesús y por la Iglesia.