Quito.- El apoyo de la Celac para la verificación del fin del conflicto armado en Colombia y los estragos del virus zika centraron este miércoles la atención de la IV cumbre de este foro latinoamericano y caribeño.
En el encuentro, que reunía en Quito a representantes de 33 países, el presidente anfitrión, Rafael Correa, y su par de Colombia, Juan Manuel Santos, indicaron que el bloque está dispuesto a ser parte de la misión de la ONU que supervisará el cese al fuego y la dejación de armas por parte de la guerrilla FARC, alzada contra el Estado colombiano desde hace más de medio siglo.
«Entregamos una Celac con toda la capacidad de apoyar la verificación del acuerdo», dijo el mandatario ecuatoriano, mientras que un agradecido Santos comentó detalles de esa misión.
«No es Colombia ni las FARC. Son Naciones Unidas las que escogen de acuerdo a su experiencia, de acuerdo a su conocimiento y de acuerdo a las ofertas que reciban», dijo.
«Nos dicen de Naciones Unidas que ya han recibido muchísimas ofertas de muchísimos países, porque muchos están interesados en participar (…).
Pueden ser de cualquier país que pertenezca a la Celac», agregó Santos. El Consejo de Seguridad de la ONU resolvió de manera unánime el lunes enviar a Colombia, por un periodo de un año, una «misión política» integrada por observadores internacionales desarmados para participar en un «mecanismo tripartito» para «vigilar y verificar el cese bilateral y definitivo del fuego y de las hostilidades».
Sin embargo, todavía falta conocer la procedencia de esos observadores y su plan de acción.
El pedido de Colombia de abordar el asunto de la paz ya venía desde hacía días eclipsando el tema central de la cumbre: la erradicación de la pobreza en Latinoamérica y el Caribe.
Pero la beligerancia con la que la epidemia del zika está azotando a algunos países de la región terminó de relegarlo a un segundo plano.
Poco antes de retirarse de la cita de la Celac, que se desarrollaba en la sede de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en las afueras de Quito, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, propuso diseñar una estrategia regional para luchar contra este virus sospechoso de causar malformaciones fetales.
Además, anunció una reunión del Mercosur el próximo martes, abierta a la Celac y la Unasur. «La mayoría de los países está adoptando un modelo similar al nuestro de utilización de las fuerzas armadas (…) en el combate para la erradicación física de los criaderos y la eliminación de las aguas estancadas», aseguró Rousseff sobre el zika, transmitido por el mosquito Aedes Aegypti y asociado a una explosión de casos de bebés con microcefalia.
La mandataria brasileña prometió una lucha «casa por casa» en su país contra el mosquito y se dijo confiada en el pronto desarrollo de una vacuna.
En los últimos meses hubo un fuerte aumento de los casos de zika en Latinoamérica, especialmente en Brasil, donde de 270 casos confirmados de microcefalia, en seis se detectó la presencia del zika.
De su lado, Santos comentó en rueda de prensa que durante la cita, la Celac decidió «reunir a todos los ministros de salud a la mayor brevedad posible para poder compartir experiencias e información».
En Colombia, aseguró el mandatario, hay 14.000 casos reportados de zika y las autoridades estiman que si sigue creciendo, la amenaza «podría afectar a cerca de 600.000 personas».
La Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé una expansión del zika por todo el continente americano. Según el organismo, el Aedes aegypti, vector también del dengue y chicunguña, ya está presente en 21 de los 55 países y territorios de las Américas.