MADRID.-El Parlamento de Cataluña aprobó el viernes una moción donde establece una república independiente de España. Momentos después, el presidente del gobierno español Mariano Rajoy pidió tranquilidad a los ciudadanos y dijo que «el Estado de Derecho restaurará la legalidad».
Los legisladores separatistas estallaron en aplausos cuando se aprobó la medida con 70 votos a favor, 10 en contra y 2 papeletas en blanco. Momentos antes de la votación, se retiró mayoría de los legisladores de la oposición se retiró de la cámara en protesta.
España se opone a la independencia y Madrid prepara medidas para tomar el control de la región noreste. Ningún país ha expresado su apoyo a la oferta de secesión.
La moción pide comenzar un proceso de independencia que incluye redactar las principales leyes de Cataluña y abrir negociaciones «en pie de igualdad» con las autoridades españolas para establecer la cooperación.
Antes de la votación, Rajoy instó al Senado del país a activar una cláusula constitucional que permitiría al gobierno central asumir las competencias del gobierno regional de Cataluña para frenar una iniciativa independentista.
Rajoy dijo que las medidas especiales son la única forma de resolver la crisis y que el estado no está arrebatando libertades a los catalanes, sino que les está protegiendo.
El parlamento regional de Cataluña tenía previsto celebrar su sesión el viernes por la tarde. La Generalitat catalana rechaza el mecanismo de intervención y había especulaciones sobre que la cámara regional podría dar el paso de declarar la independencia de España más tarde el viernes.
Medio millar de alcaldes de poblaciones catalanas corearon «íindependencia!» y elevaron sus bastones de mando ceremoniales en una sala dentro del Parlamento regional poco antes del inicio de la sesión.
Ramon Moliner, alcalde de Alp, en la región de los Pirineos, dijo que era una jornada histórica. «Iniciamos un nuevo capítulo como país, una etapa muy incierta en muchos sentidos, pero muy emocionante», aseguró.
Todos los grupos de oposición se oponen a la iniciativa de independencia en la próspera región —donde algunos legisladores opositores dijeron que boicotearían la votación— y a nivel nacional.
Por su parte, el conservador Partido Popular que dirige Rajoy tiene mayoría absoluta en el Senado, lo que garantiza la aprobación de sus propuestas.
Después dependerá del gobierno decidir cuáles y cuándo se aplican. Sería la primera ocasión en cuatro décadas de democracia en España que el gobierno en Madrid toma el control directo de una de las 17 comunidades autónomas del país.
Mientras los legisladores autonómicos acudían al Parlamento catalán, miles de partidarios de la independencia se reunieron ante el parque donde se encuentra el edificio, ondeando banderas catalanas y coreando lemas a favor de la proclamación de un nuevo estado.
«Estoy aquí hoy porque iniciaremos la república catalana», dijo Jordi Soler, un manifestante de 68 años. Puigdemont acabó el jueves con las esperanzas de un posible final al pulso político al decidir no convocar él mismo unas elecciones anticipadas y detener la iniciativa secesionista.
Cataluña supone un quinto de producto interno bruto de un país. Los sondeos muestran que sus 7,5 millones de habitantes están divididos aproximadamente por la mitad en la cuestión de la independencia.