Santo Domingo.-Debido a las cientos de muertes violentas generadas cada año con armas de fuego, el jefe de la Policía Nacional propuso ayer un desarme y prohibición del porte de estos artefactos a los civiles en las zonas urbanas como método para disminuir las estadísticas en esa materia.
Asimismo, el mayor general Manuel Castro Castillo planteó que se modifique la Ley 36, que trata sobre porte y tenencia de armas de fuego, para no dar fianza a delincuentes con antecedentes criminales que son apresados portando armas.
Estadísticas
De acuerdo al Ministerio de Interior y Policía, en poder de los civiles dominicanos figuran legalmente registradas más de 220 mil armas de fuego, siendo la mayoría de estas pistolas de diferentes calibres.
Según el jefe policial, los datos estadísticos de los últimos dos años confirman que de cada cien muertes violentas ocurridas en el país 63 son producidas con armas de fuego.
Castro Castillo refirió que la ubicación geográfica de la República Dominicana no solo ha propiciado que el país sea un puente para el narcotráfico, sino que está incidiendo en un notable auge en el tráfico de armas de fuego por nuestro territorio.
“Con el porte de arma de fuego se motiva a los delincuentes a que actúen en contra de los ciudadanos para despojarlos de ella, pero también convierte a los ciudadanos en seres más violentos, ya que por cualquier pequeña discusión disparan”, puntualizó el oficial.
La tenencia de armas habilita al legítimo usuario a mantener el arma en su poder, transportarla descargada y separada de sus municiones y usarla con fines lícitos (caza, tiro deportivo, etc.). Mientras que el porte consiste en disponer, en un lugar público, de un arma de fuego cargada, en condiciones de uso inmediato.
Castro Castillo habló en la apertura del curso especializado para operadores de justicia en el que participan jueces, fiscales y policías.
Armas en países de Centroamérica
La situación en los países centroamericanos también sigue siendo de preocupación, dijo Castro Castillo. “Reportes de expertos indican que las armas pequeñas y livianas son el instrumento de muerte del 70% de la población joven”, reveló.
Consideró que esas cifras ponen en riesgo la convivencia y la gobernabilidad de la mayoría de los países de la región.
“Estos hechos evidencian cómo la circulación ilícita de armamento se está abriendo paso en la región, un fenómeno del que se tiene muy poca información, pero cuya dimensión es mayor de la que se presume”, dijo.