SANTO DOMINGO.-A toda prisa y olvidando el casco protector, Fernando Montero, de 23 años de edad, encendió su motor para salir a echar gas (GLP), ya que al llegar a casa a almorzar, como de costumbre, no encontró comida porque se había acabado ese combustible.
Esa premura casi le costó la vida, porque en el trayecto fue embestido de frente por un carro del transporte público, perdiendo el conocimiento y despertando en el hospital Ney Arias Lora, con la sorpresa de que quedó cuadripléjico.
Esta historia forma parte de las que a diario se registran en los hospitales traumatológicos, los cuales diagnosticaron entre 4 mil 800 y 7 mil 200 personas con este tipo de condición y otras similares, como la paraplejia, en los últimos cinco años, fruto de lesiones por colisiones en las vías públicas.
En ese período los hospitales Darío Contreras y Ney Arias Lora registraron un poco más de 120 mil afectados por accidentes de tránsito, de los cuales los médicos estiman que entre un 4 y 6% terminan con daños permanentes.
Peor que la muerte
La cuadriplejia y paraplejia son condiciones clínicas derivadas de lesiones en la médula espinal a nivel cervical o toráxico, y provocan parálisis total o parcial de brazos y piernas. Además de alteración de la sensibilidad (incapacidad de sentir calor, frío y el tacto), descontrol intestinal o de la vejiga, espasmos o reflejos exagerados.
Asimismo, provoca cambios en la función sexual, ardor o dolor intenso por daños en las fibras nerviosas de la médula espinal y dificultad para toser o eliminar secreciones en pulmones.
Factores como la alta velocidad y la ausencia del casco protector, entre otros elementos, han tronchado la vida de Montero y la de otros jóvenes adultos en edad productiva que ven detenido, de manera temporal, su desarrollo, a causa de estos accidentes.
Cambio de vida
Debido a su condición, Fernando Montero ya no puede llevar el sustento a su familia, sino que ahora vive del sueldo que le deposita su empleador.
Pero este dinero no es suficiente, ya que su esposa Melsi Santana debe solventar los costos hospitalarios, cirugías y terapias, además de los gastos fijos del hogar, como el alquiler, comida y transportación.
Montero no solo ha dejado de llevar dinero a la casa, sino que se sumó a las responsabilidades de sus padres y su esposa, que ahora deben turnarse para atenderlo, ya que no se vale por sí mismo.
Inspiración truncada
Al igual que Montero, Marco Antonio Guerrero de 26 años, vive una tragedia similar. Ambos tienen en común que residen en la misma demarcación y que comparten la desgracia de haber perdido sus funciones motoras en un accidente vial.
Motivado en ser un profesional de la contabilidad, Guerrero se inscribió en la Universidad Autónoma rompiendo toda barrera económica que su sueldo como asistente de camión le imponía. Pero sus sueños fueron tronchados hace cuatro años, cuando un conductor automovilístico lo encontró desprevenido, atropellándolo de lado y como consecuencia quedó parapléjico.
Luego de cuatro cirugías fue recuperando sensibilidad, pero no la suficiente para poder caminar y dejar de depender de una silla de ruedas.
Su madre manifestó que solo Dios le ha dado las fuerzas para cargar con los gastos y cuidado de su hijo.
Roles importates
— Paramédicos
El exdirector del hospital Ney Arias, Amaurys García, dijo que en un accidente donde se presumen fracturas en el cuello se debe colocar un collarín, para evitar que se generen daños en la médula espinal al momento de levantar al paciente.
La tasa de mortalidad en cuadriplejía es alta
Riesgos. El doctor García reveló que la tasa de mortalidad de lesiones en la columna vertebral a nivel del tórax y la nuca es de un 60% antes de los 30 días, ya que el sistema respiratorio corre peligro por la incapacidad de toser y movilizarse para despejar las secreciones en los pulmones que se acumulan al estar en la misma posición.
Esto puede degenerar en neumonía, además en úlceras que se producen y se infectan por microorganismos, sumado al riesgo de infecciones urinarias.